James Michael Coates, de 56 años, paseaba sin mayor preocupación en la vida, pero durante una parada de tráfico, yendo como pasajero de un Uber, se descubrió que él cometió un terrible asesinato contra un niño de 8 años hace 32 años.
Fue gracias a las modernas pruebas de ADN que se pudo determinar su culpabilidad. Los restos del cuerpo del menor fueron exhumados apenas en febrero del año en curso, con la esperanza de encontrar pruebas contundentes. Y así fue.
Coates afronta múltiples cargos, incluido asesinato y abuso sexual infantil agravado, perpetrados contra Joshua H., que fue encontrado muerto en un bosque de un suburbio de Atlanta en 1988, según informó este viernes la Policía de la ciudad de Roswell.
El sospechoso, sobre el que ya pesan dos condenas por abuso de menores, fue detenido el miércoles durante una parada de tráfico cuando iba de pasajero en un coche de Uber, luego de que pruebas de ADN recolectadas de la escena del crimen lo vincularan con el asesinato.
Eran vecinos
Harmon fue dado por desaparecido el 15 de mayo de 1988 después de que no regresara a casa para cenar. Tras una extensa búsqueda de 48 horas, fue encontrado muerto en una zona boscosa cerca de su casa. En el momento del asesinato, Coates vivía en el mismo complejo de apartamentos.
En febrero, el cuerpo del menor fue exhumado con el permiso de su familia con la esperanza de encontrar más pruebas. Se realizaron pruebas de ADN adicionales sobre la evidencia de la escena del crimen y se relacionó a Coates con el asesinato, indicó la Policía.
El jefe de Policía de Roswell, James Conroy, declaró que se trata de «una tragedia que ninguna familia debería soportar», y que tanto la muerte de Joshua como el hecho de que su asesino permaneciera libre durante tanto tiempo «es inimaginable».
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(Con información de rt.com/Foto:
