Ninguno de sus vecinos la descuidaba, hasta que los descuidó la Muerte y se llevó a la ancianita. Todos andan tristes por el rumbo.
Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Una octogenaria fue visitada por la Huesuda mientras dormía sola en un predio de la colonia Melchor Ocampo I. Según comentaron los vecinos, ellos se hacían cargo de ella y le habían prestado el predio, pues no le conocían familia.
La señora vivía en la casa con el número 322 de la calle 57 entre 12 y 14 de la citada colonia, que le dieron prestado para que no estuviera andando por las calles así nomás.
Así que la gente del rumbo se unió y entre todos se encargaban de que tuviera lo necesario para que se mantuviera limpia y que comiera tres veces al día. Comentaron que nunca conocieron a ninguno de sus parientes, por lo que suponen que no tiene.
Ayer por la mañana, uno de los señores le llevó algo para desayunar y se dio cuenta que no se movió, se quedó recostada en su hamaca, cosa que le pareció muy raro, por lo que se acercó, fue entonces cuando se dio cuenta que ya había fallecido.
Como no supieron a quién avisar llamaron a la Fiscalía General del Estado para informar de lo sucedido, y empleados del Semefo se encargaron de retirar el cuerpo sin vida y realizar los trámites de rigor.
En Cacalchén
En plena calle del municipio de Cacalchén quedó «El Muñeco» a causa de un ataque agudo al miocardio. Los hechos se dieron a las 05:40 horas en la calle 21-A entre 20 y 22 del centro de esta población.
Según señaló la Policía Municipal, personas que se dirigían a su trabajo dieron aviso a la corporación que envió a la unidad 1424, a cargo del comandante Henry Pat, quien vio a una persona tirado boca abajo ya sin signos vitales.
Cerca de las 06:15 horas, Mirna Gallegos López, informó que el nombre de su hermano era Policarpo, conocido como «El Muñeco».
Debido a que Poli falleció en la vía pública, la Policía Municipal dio parte a la Fiscalía para las diligencias de ley, llegando el oficial Moisés Gallegos.
A las 08:30 horas hizo acto de presencia la unidad de semefo, al mando del doctor Rubén Romero Santeja, quien certificó que Policarpo murió por un ataque cardiaco.
