¡Ya no respetan! Le roban brazalete electrónico a ladrón en el Centro de Mérida

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Ni los mismos delincuentes andan seguros en las calles de Mérida, pues Bartolo P.L., que andaba “cargando” en el parque de San Juan su “dispositivo” electrónico o brazalete localizador, fue víctima de uno de sus camaradas rateros que le dio baje con el aparato.

La víctima es un hombre que padece tuberculosis y se encuentra sujeto a proceso penal por delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo en la variante de posesión con fines de suministro aún gratuitamente de los narcóticos denominados cannabis o mariguana.

Los mal llamados brazaletes o dispositivos electrónicos, no son más que unos aparatos de limitada cobertura, completamente inseguros, obsoletos y bastante cariñosos, no obstante que en resumidas cuentas son unos teléfonos celulares chafones que se adquieren en cualquier tienda de conveniencia.

Por tal motivo, Bartolo se comunicó al juzgado y comentó que le “habían robado” el celular, cuando lo estaba cargando en una conexión pública de San Juan, pues en su casa no cuenta con energía eléctrica.

Como un juez ordena tal medida cautelar, si el inculpado no cuenta con dicho servicio, será necesario evaluar la labor del juzgador.

Indicó que estaba con su hijito y de pronto, al ir a ver su mochila, se percató que sólo estaba el cargador, no el celular.

Este miércoles, debió de estar en una audiencia de suspensión condicional a proceso, pero ni siquiera se llevó a cabo.

El motivo fue el temor de la juez que iba a llevar el caso, la licenciada Suemy del Rosario Lizama Sánchez, a quien, al parecer, le dio temor y “asquito” que el inculpado padezca tuberculosis y acudiera (irresponsablemente, hay que decirlo), sin tener siquiera un cubrebocas.

La juez se negó rotundamente a entrar a la sala, por lo que se pidió se suspenda la audiencia, dispensando su enfermedad.

En pocas palabras, se efectuará la audiencia de suspensión de proceso sin la presencia del imputado, pues la juez tiene miedo a contagiarse de tuberculosis.

A Bartolo se le detuvo el 30 de enero pasado, en la calle 84 entre 61 y 65, del Centro, en posesión de más de 400 gramos de mariguana.

Se le impuso las medidas cautelares de firmar los primeros 5 días de mes; no salir del Estado; someterse a vigilancia, y portar un localizador electrónico.

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