Enigmas: un muñeco fue la pesadilla viviente en una casa del norte de Mérida

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Rollo: Jorge Moreno
Hace uno días realicé una investigación en un domicilio ubicado al norte de la ciudad de Mérida, esto a petición del dueño de la vivienda y padre de familia de tres hijos, ya que asegura que unos “duendes” han intentado atacar a su esposa.

“Todo inicia hace casi un año, cuando mi hijo menor –de 12 años de edad- salió un día corriendo de su cuarto y se metió al de mi esposa y un servidor, eran aproximadamente las 11 de la noche y gritaba que habían unas ‘cosas feas’ que lo querían atacar.

”El siempre había sido bromista, pero al verle los ojos de angustia y terror me di cuenta que hablaba en serio; con un poco de miedo me paré y fui a su cuarto, nunca pensé que fuera algo paranormal o de otro mundo, mi temor era que un ladrón o intruso hubiera entrado al cuarto o incluso un animal, ya que en ese entonces el patio trasero colindaba con un terreno baldío y en no pocas ocasiones habíamos visto serpientes.

”El caso es que al entrar a su cuarto no vi nada raro, pero mi hijo empezó a lagrimar; mi cerebro se negaba a creer que hubiera algo del más allá, pero mi corazón de padre me decía que mi hijo no mentía, el describía las ‘cosas feas’ como dos pequeños seres como de 40 centímetros, pelones, como si fueran unos muñecos o muñecas tipo “nenuco”, los ojos les brillaban a pesar de que estaba semioscuro el cuarto, eran al menos tres y éstos se guardaron debajo de una mesa con mantel que estaba ahí.

”Mi esposa comentó que a lo mejor podrían ser aluxes, pero por la descripción física dudamos que pudiera ser esto, entonces ella dijo que posiblemente era alguna cosa del demonio ya que recordó que cuando era una niña su hermana vio algo parecido y entonces sus papás fueron con un sacerdote y les dijo que era algo maligno.

”Por increíble que parezca, esto ocurrió al menos tres veces en el transcurso de una semana, siempre a partir de las 10 de la noche, al grado que mi hijo ya no quería dormir en su cuarto, al cabo de 15 días la que tuvo esta experiencia fue mi esposa, quien armándose de valor le dijo a nuestro hijo para tranquilizarlo que ella dormiría en ese cuarto, que como era católica rezaría para que todo lo malo se fuerta.

”Y en la madrugada, salió aterrorizada y persignándose; dice que durante la noche no vio nada raro, pero de pronto eran como las 3 y sintió cómo algo le tocaba la nariz, despertó asustada pensando al principio que era una cucaracha o algún insecto, pero instantes después sintió con fuerza un especie de manita de un bebé, lo que hizo que se parara de inmediato y viera a esos tres pequeños seres -con la misma descripción que dijo nuestro hijo, meterse debajo de la mesa.

”Ella decía que tenía la impresión como que esas cosas se la querían llevar, y si no despertaba, pudiera haber pasado algo malo.

”Lo que optamos por hacer fue cerrar ese cuarto con llave y llamar a un sacerdote, quien para nuestra decepción nos dijo que se trataba de nuestra imaginación y que no podía ser otra cosa, pero ante la insistencia de mi esposa, nos dio un bote de agua bendita y nos dijo que la tiremos en el cuarto al menos dos o tres días seguidos.

”Hicimos esto, pero la verdad no hemos querido entrar de nuevo al cuarto durante la noche, en el día mi hijo sí entra pero apenas empieza a oscurecer de plano ya ni se acerca al pasillo”.

Ese fue el motivo por el cual fui a su casa, sin embargo, a pesar de estar varias horas ahí, no noté nada raro, quizás esos extraños visitantes decidieron irse a otro lado; lo único que sí me llamó la atención es que en uno de los cajones de ropa del hijo habían tres duendes, él dice que se los dio un “amigo” y nunca se los devolvió.

No podemos afirmar que esos tres duendes pudieran estar relacionados con lo que vieron en la noche en ese cuarto, pero por aquello de las dudas, la familia decidió deshacerse de ellos.

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