Las ramadas, una bonita tradición yucateca

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Aunque con menor participación en los últimos años, todavía se puede ver en Yucatán la presencia de las famosas “ramadas” en las calles, esas procesiones que realizan niños y niñas pidiendo su “aguinaldo” casa por casa y entonando una canción que prácticamente todo yucateco conoce.

“Me paro en la puerta, me quito el sombrero,
Porque en esta casa vive un caballero”.

Normalmente se conforma por grupos de vecinitos, primos y primas, y en general, menores que deseen no sólo ganarse unos pesos recordando el próximo nacimiento de Jesucristo, sino también divertirse un rato por las noches del 1 al 15 de diciembre, previo al inicio de las posadas.

La pandemia del coronavirus evitó que en diciembre del año pasado hubiera muchas “ramadas” en las calles, con lo cual bajó aún más esta actividad que cada vez es menos frecuente, al menos en las zonas urbanas.

Sin embargo, todavía pueden verse algunas “ramadas” listas para pedir “aguinaldo”, llevando una caja posiblemente de zapatos, en cuyo interior puede haber una vela pequeña, una imagen de la Virgen de Guadalupe o de José y María, y los participantes también cargan velas o improvisados farolitos.

“En un jalacito de cálida arena
nació Jesucristo para Nochebuena.
A la medianoche un gallo cantó
Y en su canto dijo ‘Ya Cristo nació’”.

Pero eso no es lo más importante. Lo más importante es la canción que entonen todos los participantes de la “ramada”, que si bien nos parece de origen yucateco, parte de la letra también se canta en otras partes de la República, como Veracruz, más estrictamente la copla que dice:

“Naranjas y limas, limas y limones,
más linda es la Virgen que todas las flores”

Aunque la segunda parte se canta en Yucatán como “aquí está la “Virgen de todas las flores”. Sin embargo, elementos de la cultura moderna se han adoptado para esta canción, lo cual queda claro al momento de cantar:

“La calaca tiene un diente, Topo Gigio tiene dos”.

Las ramadas yucatecas y el significado religioso 

Pero pese a ello, las “ramadas” nos recuerdan el peregrinar de José y María en la búsqueda de un sitio donde naciera el Salvador, al tiempo que celebran el nacimiento, en una jornada exclusivamente realizada por niños, y previo a la llegada de las posadas que inician el 16 de diciembre.

En Veracruz, sin embargo, las “ramadas” se realizan de forma paralela a las mencionadas posadas, pero lo que es un hecho es que su origen es completamente religioso, adaptado a los tiempos que se viven.

En el caso de Yucatán, las “ramadas” siguen con mayor presencia en la zona rural, y en ocasiones no la conforma un grupo de niños, sino uno solo que armado de valor recorre casa por casa entonando la canción y pidiendo su “aguinaldo”.

Lo que también llama la atención es que el nombre de “ramada” originalmente se debe a que los grupos deben portar una rama adornada con papel o globos, pero ello ha desaparecido casi por completo, dando paso al uso nada más de una caja adornada, como ya mencionamos anteriormente.

Si el niño o niños cantan bien la canción y no andan desafinados o a las carreras por visitar otra casa, reciben entonces unas monedas y, en agradecimiento, cantan:

“Ya se va la rama muy agradecida,
porque en esta casa fue bien recibida”.

Pero también hay ocasiones en que la gente del predio visitado simplemente no da un solo peso, por lo cual los participantes de la actividad manifiestan su tristeza a la voz de:

“Ya se va la rama muy desconsolada,
porque en esta casa no nos dieron nada”.

Pero el ingenio ha hecho que, de forma pícara, los niños y niñas manifiesten su descontento con otras rimas, que se han popularizado durante décadas, y se han adaptado algunas más. Así que si usted no les da unas monedas a las “ramadas”, prepárese para escuchar algo como:

“Ya se va la rama con patas de alambre,
porque en esta casa están muertos de hambre”.

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