TIZIMÍN.- El señor José Ramón «N», de 50 años de edad, solicitó el apoyo de la Policía para localizar a su hijo Lizandro Aarón “N” de 13 años de edad al que no ve desde hace varios días.
Relató que el sábado 27 de noviembre se fue a laborar en un rancho y el adolescente se quedó en su domicilio, hasta que el día 1 de diciembre el patrón de su hijo le informó que no acudió a laborar.
El padre de familia dijo, que esperó unos días pensando que pudiese regresar, pero el domingo mejor acudió al cuartel Morelos para reportar el extravío de su vástago.
Como características, el adolescente vestía pantalón de mezclilla y chanclas; tiene 1.45 m de estatura, complexión delgada, tez clara, ojos cafés claros y tiene una cicatriz en la parte superior del brazo izquierdo.
Luego de tomar el reporte, la Policía alertó a los patrulleros y a los oficiales asignados en los retenes de control, para que estén pendientes por si ven al desaparecido.
Giro inesperado
Al enterarse a través de las redes sociales sobre la denuncia del padre del menor, la señora María Olivia “N”, de 46 años de edad, se comunicó con la Policía para informar que el adolescente está a su cargo desde hace casi 7 años, sin ningún tipo de papel legal porque su padre se desobligó de él.
Minutos más tarde, autoridades dieron con el paradero del menor en la calle 75 por 54 del fraccionamiento Los Aguacates, por lo que la señora María, en compañía de sus hijos, se dirigieron al lugar indicado junto con la policía.
Una vez en el lugar, el joven salió del predio acompañado de la dueña de la casa, una mujer identificada como Adelaida “N”.
La mujer contó a las autoridades, y a la familia adoptiva del joven, que se quedó en su casa a dormir porque es amigo de sus hijos.
Luego del rencuentro entre Lisandro y su familia adoptiva, relató que sufre de malos tratos de su padre biológico y que no quiere que estudie, además de que le prohibió volver a casa de doña María Olivia.
Debido a esta penosa situación, el joven decidió irse a otro lugar para no meter en problemas a doña María Olivia y su familia, quienes lo han acogido en su hogar como un integrante más.