Qué le podemos decir, doña Boni; eso le pasa por confiada. Bienvenida al mundo real.
Redacción/De Peso
VALLADOLID, Yucatán.- Con el clásico cuento de que se ganaría una buena lana, la señora Bonifacia N. P., originaria de Tepich, entregó sus alhajas y a cambio sólo recibió un envoltorio con papeles cortados simulando ser billetes.
Resulta que doña Boni llegó de compras a Valladolid, pero en el bazar municipal se topó con una pareja de vividores, los cuales le buscaron plática para ganarse su confianza y después le comentaron que tenían un billete de lotería premiado pero no lo podían cobrar por carecer de credencial de elector, para lo cual tendrían que acudir con un supuesto licenciado para que los ayudara y necesitaban completar el dinero para pagarle a dicho licenciado.
Los estafadores -un hombre y una mujer-, para hacer más real la transa, le pidieron a Bonifacia que los acompañe a retirar dinero del cajero y la señora le mostró la lana, pero que dentro de su brassiere tenía «más dinero», el cual le dio para que guardara, pero a cambio ella le debía entregar sus alhajas: una pulsera, dos anillos, una soguilla y una medalla, todo de oro, y 5 mil pesos en efectivo.
Doña Bonifacia, según ella, sólo les hizo un favor y le entregaron supuestamente 12 mil pesos en un envoltorio, por lo que ella cayó «redondita».
La pareja de vivales le dijo a doña Boni que en dos horas regresaban, después de hacer el trámite con el licenciado, pero se quedó esperando y nunca llegaron, por lo que dio parte a los elementos policiacos que se presentaron para tomar datos y las características de los ratas para boletinarlos en las poblaciones aledañas.
