Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- El diligenciero de la Hyundai de Mérida, Marcos Manuel Martín Martínez, fue imputado por el delito de abuso de confianza, pues, al parecer, fingió que fue asaltado y lo despojaron de más de 873 mil pesos que tendría que depositar en un banco.
Al respecto, el juez de control Rómulo Antonio Bonilla Castañeda, para garantizar que Martín Martínez no se evada de la acción de la justicia, le impuso, como medidas cautelares, que firme ante el Centro Estatal de Medidas Cautelares; sea sometido a vigilancia; deposite 10 mil pesos; no salga del Estado, y que lleve un localizador electrónico.
Cabe mencionar que el abuso de confianza es un delito previsto y sancionado con pena privativa de libertad contemplado en el artículo 318 del Código Penal del Estado.
La audiencia de vinculación fue programada para el 21 de mayo.
Los hechos fueron denunciados por el apoderado legal para pleitos y cobranzas de la persona moral “Farrera Motors del Sureste, S.A. de C.V.”, Mauro Fidel Rubalcaba Denis.
El 13 de diciembre pasado, alrededor de las 10:30 horas, en el local que ocupa la Hyundai sobre la carretera Mérida-Progreso, la cajera Cinthya Guadalupe Molina Nah entregó a Martín Martínez la cantidad de 873 mil 664 pesos, al igual que un cheque.
La encargada de pago a proveedores, Karen Guadalupe Ortega Aké, por su parte, le dio otros 7 cheques, debido a que Marcos Manuel realizaba las funciones para esta empresa, ya que desde el 2014 fungía como diligenciero y encargado de realizar depósitos bancarios.
Es el caso que ese día, alrededor de las 14:00 horas, regresó a las oficinas diciendo que fue asaltado a eso de las 11:30 horas, señalando que sólo le robaron el dinero en efectivo que traía, no así los cheques, como tampoco su teléfono celular, su billetera ni el otro morral que llevaba.
Al ser cuestionado por el gerente administrativo Oscar Arturo Betancourt Cetz, en presencia de la cajera y la encargada de pago de proveedores, por qué no dio aviso a la Policía, si en ese momento contaba con su celular y se encontraba cerca de una gasolinera, señaló que se aturdió.
Cuando le preguntó por qué si lo asaltaron a las 11:30 horas, no les avisó sino hasta las 14:00 horas, volvió a decir que se aturdió, lo que ya nadie le creyó.
