Dejó a todos zarandeados, incluyendo a él mismo, y además no quería aceptar su responsabilidad, sin embargo un par de policías municipales fueron testigos de su fallida maniobra, así que al conductor de una combi de la ruta Dzilam González-Mérida tuvo que tragar pinole y llamar a su aseguradora.
Este martes por la mañana el chófer de una unidad del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV) manejaba sobre la calle 52 del centro de Mérida, su intención era llegar a su paradero y bajar a las cinco personas que viajaban con él para esperar su turno y regresar al pueblo.
El problema fue que cuando llegó al cruce con la calle 57, desde lo lejos vio que el semáforo que debía de obedecer cambió de verde a amarillo y, en lugar de detenerse, decidió acelerar, creyó que sería más rápido que el semáforo pero no fue así.
Apenas comenzaba a cruzar la intersección cuando el conductor de un Tsuru, propiedad de una empresa de seguridad se le impactó en el costado derecho, el golpe estuvo tan fuerte que la unidad de transporte público giró y por poco se sube a la escarpa.
Los cinco pasajeros de la combi, el del carro y ambos conductores terminaron adoloridos como consecuencia del golpe y posterior sacudón, sin embargo no tuvieron que ser trasladados al hospital.
Como el choque sucedió a tan solo unos metros del edificio de la Policía Municipal de Mérida, uniformados y paramédicos llegaron de volada al lugar.
Pero ahí no acabó el asunto, pues el ruletero intentó librarse de su responsabilidad y echarle la culpa al otro guiador, diciendo que había avanzado antes de que el semáforo que debía de obedecer aún estaba en rojo, ya que él pasó en amarillo.
Pero su mentira no funcionó, pues resultó que detrás del Tsuru iban dos uniformados a bordo de una patrulla de la corporación policiaca municipal, quienes vieron todo y aseguraron que el taxista se tuvo la culpa, así que no le quedó más que apoquinar y llamar a su aseguradora.
