Tocho morocho: a 17 años de una primera marcha

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Rollo: Adriana Vargas
Era idealista cuando por aquellos tiempos la inspiración de buscar otras realidades me inquietaba como a cualquier joven de mi época. Y empecé a andar con la pura intuición buscando mi camino como quien busca la luz en la oscuridad.

En Yucatán, a fines de la década de los noventas del siglo XX, éramos más o menos la mitad de los que somos, un poco más de un millón de habitantes. El costumbrismo finalmente comenzaba a romperse, a veces estruendosamente, gracias a la obra artística y movimientos político culturales de algunos personajes de las tierras del Mayab como el artista plástico David Sierra.

Sin embargo, estos rebeldes de la cultura, no eran los únicos que hacían lo posible por reivindicar otras formas de ser, nuevas formas de hacer, también el movimiento gay (hoy LGBTTTIQ y lo que se sume en la semana) daba sus primeros pasos en la lucha hacia el reconocimiento de todos sus derechos con “Mami Blue” a la cabeza.

En la política, la derecha estaba entronizada fluctuando entre lo mismo y más de lo mismo con el PRI-AN. Las elites imponían a través del Poder Legislativo del Estado sus valores “éticos y morales” más preciosos, aquellos que hasta ahora le permiten mantener su hegemonía.

Ya eran los años del Gobierno de Patricio Patrón Laviada y el tiempo corría tan lento como si nada pasara en estos lares de calores sofocantes, de recuerdos caudillistas, de mafias en el poder arropadas con guayaberas de lino, de oropeles y vestiduras resguardadas en el clóset, según corrían los rumores como el viento.

Con campañas moralistas dictadas desde el poder político blanquiazul, al que le escandalizaban los desnudos artísticos comenzó el siglo XXI, en aquel entonces aún se podía ocultar con facilidad a las masas lo que entre las élites era toda una verdad contada en secreto que en mucho recordaba la famosa doble moral victoriana de otros lugares.

Sin embargo, y a pesar de todo el mundo se mueve, y sí que se mueve, por ejemplo, en otras partes de la República Mexicana donde la comunidad LGBTTTIQ ya goza de derechos que en Yucatán aún debaten un reducido grupo de “notables” que se erigieron como líderes, no solo políticos sino morales en un contexto social, económico y político bastante cuestionable.

A 17 años de celebrarse en Yucatán la primera marcha del orgullo gay en la cual también participé, hoy aún continua la lucha por el reconocimiento de los derechos humanos de toda la comunidad LGBTTTIQ.

Actualmente en plena lucha por el reconocimiento en las leyes del matrimonio igualitario y al cambio de identidad de género, entre otros ajustes a las leyes que lo único que buscan es terminar de una vez por todas con cualquier forma de discriminación que afecte sus vidas.

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