Enigmas: Dos experiencias aterradoras

InicioEspecialesEnigmas: Dos experiencias aterradoras

Por Jorge Moreno
Hoy les presentamos dos relatos que los lectores de esta sección me enviaron:
“Mis padres están separados, en ese entonces vivíamos con mi madre. Éramos mi hermana Alicia, Marcela y yo (mencionados del orden de mayor a menor). Marcela era una chica algo inestable mentalmente, y siempre le atrajo lo sobrenatural, todo lo prohibido e indebido era de su interés e hizo y deshizo cosas en su habitación. Luego de que ella decidiera irse con nuestro padre, obviamente yo reclamé su cuarto ya que yo dormía en el que se tenía planeado sería el estudio».

«Al pasarme allí, comencé a vivir cosas bastante extrañas y eso pasó a expandirse por toda la casa (resulta que ella hacía rituales, invocaciones, etc.), cosas que se movían, puertas que se cerraban; la vibra de la casa era súper pesada y fría, realmente te hacía desear no estar allí».

«Fue entonces cuando empecé a soñar con una niña, decía que me haría vivir un infierno.
Mi padre me decía que nunca mostrara miedo y así lo hice. Yo siempre tenía frío en la espalda, temblaba aún estuviera en el sol. Tenía miedo, ya que de noche no podía descansar, fue entonces que en una noche tuve un sueño en el cual cuatro espíritus me acorralaban en mi casa».

La horrenda respuesta

«Desperté aterrado y no podía moverme, empecé a rezar una oración que me aprendí en esa época, la que dice “Dios está conmigo y contra él nadie”, el punto es que, en mi oído derecho, alguien me susurró»:

“No me vengas con tu Dios”. Fue la voz de un hombre, y en eso empecé a sentir una mano helada sobre mis manos».

«Cuando lo dejé de sentir, prendí mi lámpara y salí corriendo con mi madre, fue la gota que colmó el vaso y mi madre hizo de todo. Llamó a sacerdotes para bendecir la casa, hizo limpias ella misma y las cosas se pusieron tan intensas que evitábamos estar en la casa porque las entidades hacían que fuera inhabitable».

Enigmas: Historias paranormales de taxistas


Los 3 demonios
Una amiga de mi madre contactó a un señor, y ese fue el que cerró el portal. No sé exactamente que hizo porque yo no estuve en todo el proceso, él trabajaba de noche porque decía que eran más activos a altas horas. Eran 3 demonios los que estaban ahí. En resumen, todo esto fue por culpa de mi hermana que hizo invocaciones sin saber y dedicarse de lleno a eso, y al abrir el portal, todo lo malo se quedó”, finalizó.

DEDOS GRISES EN LA PUERTA

Por su parte Rebeca Méndez nos platicó: “En casa de mis abuelitos en donde es la cocina, hay una cama y un cuarto pequeño, antes era recámara y ahora es baño, tiene una puerta de madera la cual no cierra bien, por lo mismo del grosor y lo vieja que está, enfrente de ese cuarto es que está la cama.

Por alguna razón inexplicable me da un terror ese cuarto, como se queda entreabierto la puerta pues se ve muy oscuro, una noche no pude dormir y me quedé viendo la puerta, cuando de pronto veo unos dedos grises agarrando el borde de la pared y rápidamente algo fue sobre mí y me quitó las cobijas, sentí el frío en mis pies.

Automáticamente cerré los ojos porque sentí que si veía eso me volvería loca o me moriría de miedo, me estaba ahorcando y sentí como se me iba el aire, pude mover mis manos y quitar sus dedos que estaban haciendo presión, sentí sus dedos largos, esqueléticos, fríos, cuando dejé de sentir esa sensación, abrí los ojos con mucho miedo y efectivamente la cobija estaba al lado de mi, yo estaba completamente descubierta.

El tío que sí creyó

Le conté a mis abuelitos y no me creyeron, estaban seguros que fue una pesadilla, le comenté a mi tío después (también vive ahí) y él si me creyó y cada vez que me quedo ahí, el cierra bien esa puerta.

Yo estoy segura de que él sabe que pasó en ese cuarto, porque tuvo una novia y cuando ella lo dejó, el hizo tonterías como contactar espíritus, ir al panteón a las tres de la mañana, y dicen que le “mandó un espíritu” para que lo vigile, y una vez escuché que el que fue a limpiar la casa, no lo pudo sacar y este se quedó arraigado en ese cuarto.

Quiero aclarar que cuando esto pasó yo tenía 26 años, y fue para una temporada de vacaciones en mi trabajo cuando me quedé por una semana y lo viví y desde eso jamás volví a dormir ahí”, finalizó.

Tal vez te pueda interesar:

- Publicidad -

LO MÁS LEÍDO