Con 70 años a cuestas, Don Sergio Tza de Sanahcat está preparado para dar una de las batallas más decisivas de su vida: acudir a sus citas médicas para los estudios que se le realizan bajo la presunción de un posible cáncer de próstata.
Sin embargo, esta intención no cuenta con la compresión de las autoridades municipales que –presuntamente- le niegan el traslado médico en la flamante ambulancia, argumentando que el servicio no se encuentra disponible en tiempo y forma porque hay un calendario que se sigue rigurosamente sin importar la necesidad humana que no entiende de trámites burocráticos.
“Ya van dos veces que me niegan el servicio y, francamente, yo no puedo pagar un flete porque me saldría como en 800 pesos de ida y vuelta para mis citas a Mérida”, admitió Don Sergio.
Lo único que solicita el septuagenario es un poco de ayuda para que le completen su chequeo médico. Claro, no faltarán los eternos “contreras” que afirmen que el señor está mintiendo y que ya le ofrecieron el apoyo pero éste se quiere pasar de vivo.
Pero en este tipo de situaciones, por lo general, suelen tener la razón los afectados que siempre están, la verdad, fregados social y económicamente
Esta historia, como muchas otras que existen en toda la geografía estatal, se topan con la indolencia de las autoridades, empezando, por lo menos, con el Poder Municipal que, en esta localidad, se encuentra a cargo de la alcaldesa Landy Gamboa Moo.
Urge que la caravana del programa “Médico a domicilio” implementado por el mandatario Mauricio Vila Dosal, de tan buen impacto social con más de 13 mil enfermos checados, lo visite en caliente.
