‘Fábrica embrujada’ de maniquíes, en Chetumal, causa revuelo

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Por Jorge Moreno
La primera vez que escuché hablar de la fábrica de maniquíes embrujada de Chetumal fue en el año 2016. Con el paso del tiempo, ocasionalmente me enteraba de datos sueltos sin ningún tipo de evidencia en donde se decía que este lugar fue una antigua fábrica en donde ocurrían fenómenos paranormales, los maniquís se movían, cambiaban de lugar, e incluso llegué a escuchar que el dueño del sitio hacía magia negra con ellos.

En todo este tiempo, de lo único que estaba seguro es que este lugar sí había existido, incluso en Google Maps está marcado el sitio con ese nombre “antigua fábrica de maniquíes”. Mientras que en YouTube, y otras redes sociales, había varios vídeos de exploradores urbanos e incluso programas de televisión que habían ido a explorar o investigar ese sitio, y todos, absolutamente todos, le llamaban “La fábrica de maniquíes”.

Lo increíble del caso es que pude documentar y comprobar que en este sitio, embrujado para muchos, jamás se fabricó un solo maniquí, de hecho, el lugar nunca fungió con este giro comercial. Quizás alguien, por algún motivo desconocido, le puso el nombre en Google Maps y a partir de ese momento todos empezaron a nombrarlo así.

Pero vayamos por partes, en días pasados viajé al lugar de los hechos, y lo primero que hice es acudir a este sitio, el cual se ubica muy cerca del río hondo, en la frontera con Belice, para llegar hay que adentrarse unos dos kilómetros en el monte y en cierta parte del camino hay que ir a pie, en bicicleta o en moto, pues un auto no da en esa brecha.

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Misteriosa arquitectura

Durante el trayecto que hice a pie, pude darme cuenta que habían algunas construcciones abandonadas a los costados, y al llegar, descubrí la extraña arquitectura que tiene ese sitio embrujado, cuatro pisos, sin paredes, y unos hoyos circulares en los techos que conectan todas las plantas.

Muchos exploradores se preguntaban en sus videos: “¿Por qué está la construcción así?” “¿Por qué no hay paredes?” “¿Qué significan las estrellas satánicas labradas en el techo del último piso?”

La respuesta es tan complicada como sencilla, el lugar, reiteramos, nunca fue una fábrica de maniquís, fue una fábrica de tubos de “CPVC”, por lo tanto, la estructura del edificio era sin paredes y con orificios en los techos para poder cortar, reposar y almacenar los largos.
En cuanto a las estrellas, no son satánicas ni de brujería, no son pentagramas de cinco picos, sino estrellas de seis que simbolizan la estrella de David y la bandera de Israel, de donde era originario uno de los socios de la fábrica.

Lo qué sí hay que mencionar, es que este sitio tiene un aspecto macabro al estar abandonado, grafiteado y por su arquitectura en sí y el hecho de que se encuentra a un par de kilómetros monte adentro y rodeado de pura maleza y algunas construcciones abandonadas, sin duda le da el ingrediente perfecto para ser visitado por las noches y desarrollar todo tipo de leyendas urbanas.

«Hospital de maniquíes»

Pero, ¿y la fábrica de maniquís? Esta si existió pero en el Centro de la ciudad y su dueño los creaba con mucho realismo, al grado de que sacaba a varios de estos en su balcón, en el techo de su negocio y en la terraza, los vestía con todo tipo de ropa y los hacía interactuar entre ellos, lo que era todo un atractivo en Chetumal, creándose de igual manera una leyenda urbana en cuanto a si estos se movían o hablaban solos.

Esto último lo confirma una persona que entrevisté en Chetumal y que fue amigo del puertorriqueño Raúl Bengoa Camacho, el nombre del dueño de ese lugar, a quien apodaban ‘El Doctor’: “no era propiamente un doctor, pero andaba en una combi rotulada con la leyenda de “hospital de maniquíes”, ya que a los negocios les daba el servicio de reparación de los mismos”.

Es muy posible que la técnica y el realismo con el que el ‘Doctor’ Bengoa creaba sus maniquíes hiciera que la leyenda creciera en torno a un posible suceso paranormal; y aunque hasta ahora no he podido descubrir en qué momento este hecho se relacionó con la fábrica de CPVC, lo cierto es que el mito ya lo he podido desmentir y, a partir de ahora, lo correcto sería nombrar las cosas como son, es decir, llamar al sitio abandonado como “antigua fábrica de tubos CPVC”.

Video

Por cierto, si deseas ver la investigación en vídeo que hice en el lugar de los hechos, el martes lo subí tanto a mi página de Facebook (Jorge Moreno Paranormal), como en YouTube (Jorge Moreno Misterios).

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