Por Jorge Moreno
Hace unos días, recibí un correo electrónico de Natasha Valera Márquez, oriunda de León, Guanajuato, pero que radica en Mérida desde hace cinco años, y afirma que su tío, quien vive Miami, tiene un trabajo “de miedo”.
“Cuando yo era joven, entendí que mi tío trabajaba como salvavidas en una playa, pero ya conforme crecí me explicaron mejor: él labora en un área de la Policía Acuática de Miami que tiene como labor el rescate de cadáveres encontrados en el mar y en piscinas.
“Suena medio raro, pero al parecer con frecuencia hay decesos de esta manera en esa ciudad, y no se pueden rescatar los cuerpos como sea, ya que el servicio forense debe investigar bien en busca de evidencia y descartar posibles asesinatos.
“El caso que más recuerdo que nos platicó mi tío fue cuando sacó de una piscina el cadáver de un hombre joven, de unos treinta años, y cuenta que al sacarlo lo dejó boca arriba a un costado de la alberca; en eso se volteó un instante para buscar una camilla que estaba a un costado y de pronto escuchó un grito y vio que el cuerpo estaba boca abajo.
“Dice que por su experiencia, no hay ningún tipo de explicación lógica para que un cadáver puesto boca arriba se voltee por completo en un instante, y ni qué decir del grito; dice que había un par de compañeros junto a él que también se sorprendieron de lo sucedido”, concluyó Natasha.
El buzo yucateco
Este caso, me recuerda al que presentamos hace unos años, el relato del buzo yucateco Martín Samaniego, quien afirma que su trabajo debería estar en “primer lugar” del top de “empleos de terror”:
“Me gustaría comentarles que afortunada o desgraciadamente tengo un trabajo que aunque no se trata de algo del todo paranormal sí es de miedo y se le pondrían los pelos de punta a cualquier persona, ya que soy buzo forense, es decir, estoy destacado en el área de Policía destinado a sacar del agua a cadáveres de personas que fallecieron ya sea en accidentes o en asesinatos.
Y explica: “En sí no tiene nombre este cargo, es decir, no sólo hago eso, pertenezco al destacamento de Policía del estado de Veracruz, y en mi área, cuando surge algún cadáver en algún río o en el mar o incluso en drenajes, me llaman para sacar el cuerpo”.
Según explica se “especializó” en esto debido a que nadie más quería hacerlo y él como es un buzo experto (es oriundo del puerto de Progreso) y rescatista, se animó a realizar esta labor: “Le tengo miedo a las arañas y a las víboras, pero no tengo miedo de sumergirme en el agua para sacar cadáveres, los cuales en ocasiones están en estado de putrefacción”.
Dos fuertes experiencias
Cuestionado sobre alguna anécdota de tipo paranormal, afirmó que ha tenido una muy fuerte: “Ocurrió en el río Jamapa, nos llamaron porque habían encontrado un cuerpo, pero este estaba trabado cerca de unas rocas y cuando me metí a sacar el cuerpo claramente sentí como su mano izquierda tomaba mi hombre y me apretaba con sus dedos.
“El cuerpo estaba ya con dos días de fallecido, y por experiencia te puedo decir que no hay ningún reflejo que pudieran hacer los músculos como para levantar el brazo y apretarte con los dedos, creo que fue algo real, no fue sugestión y nunca le busqué explicación lógica.
Mis compañeros dicen que el alma en pena o fantasma del pobre señor me estaba agradeciendo que saque su cuerpo para darle cristiana sepultura”, comentó.
“En otra ocasión, mientras sacaba un cuerpo de otro río, escuché claramente que el cadáver me decía ‘gracias’. No había nadie más junto a mí, fue desde ese momento en que empecé a creer en la vida después de la muerte”, finalizó.
No cabe duda que las experiencias de este progreseño radicado en Veracruz son muy interesantes y “espeluznantes” por lo que la próxima vez que hagamos un top de “trabajos de terror lo incluiremos.
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