Enigmas: Las estatuas que lloran sangre

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Por Jorge Moreno
Varios lectores me han sugerido que hablemos sobre un fenómeno de lo más sorprendente y polémico dentro del mundo paranormal, que son aquellas estatuas inanimadas de mármol, yeso o madera representando una virgen o un cristo, que misteriosamente comienzan a “llorar” lágrimas de agua y/o sangre.

Y decimos que es polémico el tema porque más allá de lo sorprendente del fenómeno, implica a la religión. Las diversas explicaciones que se han barajado son: la intervención divina, el fenómeno paranormal (fenómenos poltergeist producidos por la sugestión de una persona, propiciando la materialización de la sangre) y también el fraude, pues ha habido lamentables casos de falsificación que han demeritado este tema.

El milagro, lo que se entiende como las intervenciones directas de Dios alterando las leyes de la naturaleza a favor del hombre, no son dogma de fe para la Iglesia.

Los cristianos no están obligados a creer en ellos, pues no han sido ni aprobados ni reprobados por la sede apostólica, la cual permite que se crea en ellos con la mera fe humana.

Por lo tanto, la Iglesia aún sin aceptar que tales evidencias de vírgenes o santos que lloran sean “milagros”, autoriza la devoción si ella favorece la fe de los creyentes; si el caso es muy fuerte, la Conferencia Episcopal, reacia a la fácil credulidad, nombra una comisión con científicos y teólogos (aunque todos curas), que tratan de buscar explicaciones racionales al fenómeno.

El fraude de Oleiros

Y mientras que muchas de las imágenes que sudan o lloran sangre continúan siendo un auténtico misterio, en algunas ocasiones se puede probar que todo es un fraude. O bien natural, como una condensación de vapor de agua, o humano, canalillos en el interior de la estatua, líquidos que se licuan ante cambios de temperatura, etc.

Un ejemplo de esto es lo que ocurrió en mayo de 2011, cuando algunos vecinos de Oleiros (Portugal) se dieron cuenta de que la imagen de la Virgen de Fátima sólo lloraba sangre cuando las puertas de la capilla del internado O Abrigo se cerraban, y comenzaron a desconfiar del hermano Edmundo, el promotor del supuesto milagro.

Las sospechas resultaron acertadas, y descubrieron que Edmundo Estevao, enfermero de 56 años, responsable del internado del Sagrado Corazón de Jesús de Oleiros, a pocos kilómetros de la frontera con Cáceres, “falsificaba” el asombroso fenómeno.

Sintiéndose descubierto, el hermano, que decía pertenecer a los capuchinos, se bebió una porción de insecticida con el fin de quitarse la vida pero el drástico remedio tan sólo le costó una grave intoxicación… y que unos enfurecidos vecinos estén esperando su salida del hospital.

Todo comenzó el día 3 de mayo, cuando Edmundo anunció que la imagen de la Virgen había llorado lágrimas incoloras y la mañana siguiente, lágrimas de sangre. Más de 50,000 personas, atraídas por el fenómeno, peregrinaron a la capilla del internado, depositando muchas de ellas ante la imagen, ofrendas de oro y dinero.

Todo el mundo creía en el milagro, menos el precavido obispo de Castelo Branco, Augusto Silva, quien no veía claro el asunto y recomendó prudencia a la espera de los análisis de sangre. Un primer análisis concluyó que se trataba de sangre no humana indeterminada e incompatible con cualquier grupo sanguíneo humano, posiblemente la sangre de una paloma.

En Yucatán, se han dado varios casos (algunos se han comprobado que fueron falsos), mayormente lágrimas (no sangre) y al igual que en otros sitios, se ha desbordado la fe de los creyentes católicos.

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(Fotos: redes sociales)

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