Enigmas: No te vayas a perder en el Inframundo Maya porque no podrás volver a regresar
Por Jorge Moreno
Últimamente me han pedido varios lectores de esta sección que hablemos sobre el “inframundo maya” y sobre el mito que hay al respecto, que afirma que existen cuatro puertas o “portales dimensionales” en la tierra que nos pueden llevar directo allí.
Dichos portales, estarían en Uxmal, Labná, Calcehtok y Ek Balam, y se dice que dos veces al día (12 del día y 12 de la noche) se abren por unos segundos y pueden permitir la entrada de cualquier incauto o curioso, que podrá entrar, pero jamás salir.
Lo terrible o peligroso del caso es que no sólo abren en ese horario, en ocasiones puede ocurrir en cualquier instante, y si tienes la mala suerte de estar allí en ese momento el resultado puede ser fatal.
Se cuenta de personas que han desaparecido en el monte sin dejar rastro que seguramente llegaron ahí por accidente o por voluntad propia.
Pero vayamos por partes: es cierto que los griegos tenían una leyenda para casi cada una de las constelaciones que componen el firmamento, pero el cielo es de todos, por lo que a lo largo de la historia han sido muchas las civilizaciones que han enunciado
sus propias versiones sobre los inicios de las estrellas y el Universo.
La visión maya
Éste es el caso de los mayas, que tenían una visión muy particular del cielo, como veremos en la historia de Xibalbá, el inframundo maya que según ellos se encontraba situado justo en el centro de la constelación de Orión, en lo que hoy conocemos como la nebulosa del mismo nombre.
En la mitología maya, Xibalbá hace referencia al inframundo o, lo que es lo mismo, un reino dirigido por las deidades de la enfermedad y la muerte, similar a lo que sería el infierno de los cristianos. Fue descrito en el Popol Vuh (Libro del consejo), un libro de la tradición maya descubierto después de la conquista española, en el que se habla de una zona del cielo correspondiente a la constelación de Orión a la que llaman Xibalbá.
Y justo ahí, en el centro, cuentan que había una mancha emborronada generada por el fuego infernal que más tarde sería descrita como la nebulosa de Orión. La historia de Xibalbá no queda relegada solamente a un antiguo libro de la tradición maya, sino que se ha introducido en el argumento de títulos del cine de nuestro tiempos como The Fountain, una película protagonizada por Hugh Jackman y Rachel Weisz en la que de nuevo se señala a esta nebulosa como el inframundo maya al que viajan las almas de las personas que mueren.
Por lo tanto, parece ser que, al contrario que los griegos, que identificaban el firmamento con dioses, héroes y otros personajes de su mitología, otras culturas como los mayas lo asociaban a lugares concretos a los que se podía viajar bajo unas circunstancias determinadas. ¿Qué opina usted de todo esto? ¿Cuál sería la interpretación más adecuada? Sin duda, la de la ciencia, pero hay que reconocer que todas estas historias son algo bonito que recordar mientras miramos el cielo.
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