Enigmas: Fantasma «sólo quería una toalla»

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Por Jorge Moreno
Comúnmente se tiene la idea que, si un fantasma se llega a contactar con nosotros, va a ser para pedir algo importante, decirnos algo trascendental o bien para “despedirse” de sus seres queridos, sin embargo, a veces nos podemos sorprender de ciertas peticiones.

Y otra idea errónea, es que el fantasma que se nos aparece, siempre es un familiar, amigo o alguien que conocimos en vida, pero esto no es así, ya que incluso difuntos que no vivieron en la misma ciudad o país que nosotros o de otra época se nos pueden aparecer para solicitarnos algo, y sobre todo, cuando nos pasamos a vivir a una casa diferente (ya sea que rentemos o la hayamos comprado), es posible que quien haya vivido ahí y ya esté muerto, puede rondar en ese lugar.

Y es que sólo una persona de cada veinte que rentan o compran una casa o departamento se toman la molestia de preguntar si pasan cosas extrañas ahí, y claro, es muy probable que el vendedor o interesado en rentar lo niegue, aunque esto sí sea verdad.

Hace un tiempo hice una investigación en unos departamentos ubicados al norte de la ciudad, toda vez que uno de los inquilinos me llamó porque ocurrían cosas extrañas y muy fuera de lo normal que ya lo estaban inquietando:

Eduardo, nombre del inquilino, vino desde hace cuatro años a la ciudad de Mérida por cuestiones de trabajo, y su empresa le rentó un departamento, el cual se ubica cerca de Altabrisa.

De los cortinazos a la extraña desaparición de objetos

Ahí vive con su esposa, quien es maestra en un colegio particular: “Efectivamente hay ‘algo’ o “alguien” ahí en el departamento, de pronto vemos cómo se mueven violentamente las cortinas aún con la ventana cerrada y sin ninguna brisa, y también hemos visto cómo
al mismo tiempo que esto se mueve el mueble de la sala, como si algo o alguien invisible chocara con el mismo”, dijo.

Y agrega: “Por alguna razón mi novia tenía extrañas sensaciones de agobio e incomodidad en aquel sitio, podía llegar muy bien y con mucha vitalidad pero justo al momento en que entraba se desplomaba y tenía esas sensaciones, las cuales arreciaban cuando estaba
en el baño, incluso decía que sentía como que alguien la observaba”.

“Lo que fue el colmo fue un día que se estaba bañando y me gritó que por favor le lleve una toalla; entré, se la dejé junto al lavabo y salí, de pronto cinco minutos después me vuelve a gritar ‘qué pasó con la toalla’ y le dije que ya se la había llevado, pero ¡no había nada!

“Hasta discutimos por eso porque ella pensó que solo de flojo no se la di y cuando me pongo a revisar ésta aparece ¡bajo la cama! No tenía ninguna explicación lógica ese suceso.

Sale verdad a la luz

“Unos días después los vecinos me dijeron que la dueña de los departamentos había vivido un tiempo en el nuestro y que ahí había fallecido hace unos diez años, y que los hijos (los herederos) decidieron rentar también ese sitio.

“El problema es que los ruidos y los movimientos de cosas aumentaron en los últimos días y también notamos que la ropa y algunos enseres domésticos cambiaban de lugar, no lo veíamos físicamente pero de forma muy clara nos dábamos cuenta por ejemplo
dejaba un vaso de agua en el lavabo y a los dos minutos en que regresaba a la cocina este ya estaba en la hornilla que está enfrente y lo peor fue que una vez vi la sombra de la señora proyectarse en la pared, con los brazos extendidos, como si tuviera una tela en las manos, fue escalofriante”, dijo.

“Pero lo más repetitivo era lo de la toalla, pues en un lapso de un mes, escuchamos el ‘pásame una toalla’ en al menos cinco ocasiones, era la voz de una mujer, lo interesante del caso es que tiempo después, cuando averiguamos más detalles sobre la dueña
que había fallecido aquí nos dijeron y corroboramos, que le dio un infarto en una tina que había en el baño, y por eso relacionamos el por qué escuchábamos que nos pedían la toalla con ella”.

Cabe mencionar que, a raíz de esto, le sugerí a la familia que dejaran de manera permanente una toalla en el baño (normalmente no había ninguna, solo la metían a la hora de bañarse y salían con ella) y a partir de ese momento, los fenómenos paranormales dejaron de ocurrir como por arte de magia.

Con ello, podemos entender que, muy posiblemente, esa era la última voluntad de esa alma en pena para que ya por fin descanse en paz.

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