Enigmas: ¿Existe el “Hada de los dientes”?

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Hoy les presento un relato sorprendente que me platicó la señora Abril López Mena, oriunda de la ciudad de Mérida; de hecho, es la primera vez que escucho algo similar. Sin más preámbulo dejemos que la protagonista de este suceso cuente con detalle lo que pasó:

“Pensé mucho en escribirles y mandarles mi caso, he seguido con interés en De Peso los casos paranormales que presentan y no sé si lo mío entre en este rubro. Todo inicia hace once años, cuando mi hija tenía cinco; para ese entonces ella estaba mudando sus dientes de leche, y conforme se le quitaban se ilusionaba con “el hada de los dientes”; entonces, dejaba su dientecito bajo su almohada y, pues ya saben, nosotros le poníamos su dinerito.

“Lo curioso de esto es que pasó cuatro veces: veíamos cómo la noche anterior dejaba su diente y cuando le poníamos monedas ya no estaban; no le dimos importancia, pues pensábamos que a lo mejor ella los cambiaba de sitio o se caían al piso.

“Transcurrieron los años y cuando ya tenía como doce años recordamos esa anécdota y su papá le comentó que hacia trampa, pues ella guardaba sus dientes y no dejaba que el ‘hada’ se lo llevara; sin embargo, ella muy seria mencionó que no era verdad, que nunca los agarró y que seguramente éramos nosotros quienes lo hacíamos, pero no lo queríamos decir.

“Pasó el tiempo, mi marido, por desgracia, falleció en 2014 y mi hija se fue a vivir a Puebla con su abuela. Por motivos personales, en enero pasado tuve que vender mi casa y me mudé a otra más pequeña; desempaqué y acomodé todas mis cosas a mi gusto, pero en junio casi pego el grito cuando al abrir uno de los cajones de mi ropero vi ¡los cuatro dientes de mi hija!, los dientes pequeñitos de cuando era una niña; estoy seguro que eran los mismos porque uno hasta parecía que tenía ojitos ya que estaba picado y tenía dos puntitos negros.

“¿Cómo llegó ahí? Es imposible, lo he pensado mil veces; mi esposo ya murió, mi hija ni siquiera ha venido a Yucatán desde que me mudé, por lo tanto ellos no pudieron haber traído los dientes a mi casa nueva.

“Ese ropero lo uso y abro a diario desde que estaba en mi otra casa y cuando me mudé saqué todo lo que había en el cajón; aún así, desde hace meses que lo sigo usando a diario y no es posible que yo no los hubiera visto, ya que cuando éstos aparecieron, estaban en fila uno tras otro, como si alguien los hubiera acomodado perfectamente.

“Obviamente yo sé que no existe el hada de los dientes, pero hasta el día de hoy no he podido explicarme quién guardó los dientes hace años y sobre todo quién los trajo a mi nueva casa. De hecho, vivo sola, he recibido pocas visitas y lógicamente mis visitas ¿cómo podrían tener esos dientes? Y suponiendo que esos dientitos no fueran de mi hija, entonces ¿de quién son?

“Fui con un sacerdote, le platiqué mi caso y me dijo que eso son cosas del demonio, que yo los tire y rece mucho; seguí su consejo, pero me arrepiento de haberlos tirado, aunque siendo honesta me dio mucho miedo esta situación. Hasta ahora no he visto nada raro ni una sombra, un ruido o algo que me haga pensar en que hay un fantasma o demonio allí”, finalizó.

(Por Jorge Moreno)

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