Enigmas: Así aparece el Charro Negro y se lleva a los ambiciosos

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Rollo: Jorge Moreno
Guadalupe era una chica muy hermosa pero muy vanidosa y rebelde, acababa de cumplir 18 años se sentía capaz de cuidarse sola, sus papás no le permitían salir con ningún chico que no fuera de su edad pero a ella le gustaban los hombres mayores, una vez Guadalupe necesitaba dinero para comprar ropa de moda pero sus papás eran muy pobres y no tenían para consentirle lujos así que Guadalupe habló con el dueño del bar más famoso de San Miguel de Allende, Guanajuato para ver si le daba trabajo como mesera.

El dueño la contrató, solo le pidió que se presentará ese día por la noche y tendría que trabajar hasta que el último cliente se fuera; Guadalupe estaba contenta por conseguir trabajo el problema ahora serían sus papás quienes no la dejarían ir a trabajar a ese sitio entonces se las ingenió engañando a sus padres que dormiría temprano para que no se dieran cuenta que se escaparía por la ventana.

Ya en el bar le estaba yendo muy bien, había servido varios tragos y le dejaban muy buenas propinas, pero una de las intenciones de Lupe era conocer a un hombre de su agrado, volteó por todos lados pero ninguno de los presentes le llamaban la atención entonces en una esquina vio a un tipo solitario de buen parecido y se acercó para preguntarle si le servía algo.

Al hablarle, el hombre que vestía un traje negro con bordes dorados y botas muy bien lustradas, tenía una cara de galán de telenovela a lo que Lupe se quedó fascinada; le preguntó si quería algo de tomar, el respondió que sí que le trajera un caballito de tequila con limón.

Cuando Lupe le llevo el trago este la tomo del brazo invitándola a acompañarlo, se perdió en los ojos de aquel hombre guapo, mientras pasaban los minutos platicando, este conquistaba a la hermosa Lupe diciéndole cosas lindas; después debajo de la mesa sacó una guitarra e interpretó unas canciones rancheras.

Ella quedó asombrada de su majestuosa voz, le contó que estaba aburrida de su vida y que sus padres eran muy estrictos, le pidió al hombre que si le gustaría ser su novio; el tipo aceptó y le dijo que si ella quería la llevaría a su hacienda a las afueras del pueblo para que viviera junto a él ahí la tendría como reina dándole todos los lujos y gustos que desea.

La ingenua Lupe aceptó sin pensarlo, entonces salieron del bar, afuera tenía amarrado un enorme caballo azabache “pura sangre”; se montó junto a él y se fueron.

En el transcurso del camino le pidió que la llevara a su casa porque le dejaría una nota a sus padres para que no se preocuparan, pero el hombre no le respondió, entonces le volvió a decir pero el hombre no le respondía, cuando al momento de tocarle la espalda sintió que estaba caliente; en eso el hombre voltea haciendo que Lupe se llevará el peor susto de su vida pues su rostro era de una calavera de ojos rojos, ella gritaba de miedo, pero el caballo galopó sin parar.

Desde aquel día varias mujeres del pueblo desaparecieron sin dejar rastro, los padres de familia encerraban a sus hijos temprano no los dejaban salir por miedo a que se los llevará.

La leyenda cuenta que el “Charro Negro” es un hombre mandado por el diablo a cobrar la vida de las personas codiciosas.

Monedas de oro puro

Así como Lupe, otro caso parecido es el de Fernando Pérez, un hombre que vendía tortas ahogadas y pozole en Guadalajara pero estaba por cerrar su negocio, en el día apenas vendía una o dos tortas y aparte tenía muchas deudas.

Una madrugada después de salir de una cantina, caminó a su casa en una solitaria calle de tierra, cuando a lo lejos escucha el fuerte relinchar de un caballo, no quiso voltear y aceleró el paso, pero el sonido cada vez se hacía más fuerte, entonces corrió pero en eso lo rebasó un hombre vestido de negro con sombrero de ala ancha, al cual no se le veía el rostro; su caballo igual era negro como la noche.

El misterioso hombre extendió su mano para mostrarle una bolsa que contenía monedas de oro puro, Fernando sorprendido no las aceptó, el hombre insistiendo se las volvió a mostrar aunque este le volvió a negar, después aceptó pensando en poder resolver sus problemas económicos.

Tras ello, a Fernando le fue muy bien en su negocio. Sus tortas eran las más vendidas de Guadalajara, su capital aumentó poniendo más negocios en varias partes del estado, compró una lujosa hacienda y ganado, se casó con una mujer hermosa con la cual tuvo una bella hija, pero tiempo después, su amada esposa falleció en un fatal accidente y su hija desapareció sin dejar rastro.

Fernando se hundió en la depresión, su negocio se vino abajo, todo el dinero y joyas que tenía guardado en una caja fuerte desapareció como arte de magia y ya no pudo aguantar más. Terminó quemando la hacienda con el adentro.

Se dice que el Charro Negro, al ver la ambición desmedida de este hombre, tomó venganza y le quitó todo lo que le había dado, pero además le quitó su propia vida.

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