Enigmas: ‘Heredaron’ casa paranormal muy activa

InicioEspecialesEnigmas: 'Heredaron' casa paranormal muy activa

Por Jorge Moreno

«Esto nos pasó en el municipio de Escobedo, Nuevo León, específicamente en la colonia Las Encinas. Vivíamos enfrente de una familia formada por una pareja y sus dos niños; mi hermana menor y yo solíamos ir a jugar con ellos a su casa, por lo cual mi mamá y la mamá de los niños platicaban de vez en cuando».

“En esas pláticas ella le comentaba a mi mamá que le sucedían cosas paranormales,
pero hasta ahí, nunca se dio más en ese tema, por lo tanto nunca fue importante.

“Pasaron los años y ahora mi familia y yo nos habíamos mudado allí (la casa
antes comentada) por motivos personales.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que, igual que a la familia anterior, nos
empezaran a pasar cosas inexplicables, empezando por ruidos extraños en las
noches.

“Las cosas empeoraron cuando mi cuñada tuvo a su bebé, pues día, tarde y noche se escuchaba un bebé llorando, incluso las visitas lo podían escuchar. Al
paso de los días estas pequeñas cosas se iban haciendo grandes hasta llegar a
presenciarse físicamente.

La primera vez le pasó a mi hermana menor; nosotros tuvimos que salir de casa, por lo que ella se quedó sola en compañía de una amiga, la cual por la hora tuvo que regresar a su casa dejando a mi hermana sola.
“Al regresar nos encontramos con la sorpresa de verla afuera sentada en la
mecedora llorando y fuimos a preguntarle qué le pasaba. Nos contestó que había
visto a una niña mirándola fijamente a una corta distancia de donde ella se en-
contraba viendo el televisor.

“Para no hacer esto más largo, todos vimos algo, incluso mi papá quien nunca ha sido creyente de estas cosas.

Mi perrita, en ocasiones, ladraba a los rincones de la casa sin razón alguna;
yo vi a un hombre de traje que cargaba un bastón dando un aspecto de catrín;
a mi mamá y hermana mayor les tocó presenciar a un niño corriendo de un
cuarto a otro; a mi cuñada le chistaban en el oído constantemente en las noches,
y mi papá vio a la misma niña entre los tendederos de ropa, justamente cuando
no había nadie en casa.

“En más ocasiones fuimos testigos de estos sucesos, contando a los vecinos que
en repetidas ocasiones también lo fueron.

A final de cuentas decidimos dejar la casa y cuando nos estábamos mudando se nos
terminó el gas para cocinar; al poco tiempo llegó el camión del gas y uno de los señores
que nos atendían le preguntó a mi mamá si no nos pasaban cosas raras, a lo que mi
mamá le respondió que sí…

“Y haciéndole la pregunta de por qué él sabía, respondió que así como nosotros, las
personas que la habitaban antes cuando ocupaban sus servicios le contaban de los
hechos paranormales que ellos vivían en ese sitio.

“Con el paso del tiempo ya no supe más de esa casa, pero sin duda los nuevos in-
quilinos habrán pasado por experiencias similares y así continuará hasta que alguien
haga una limpia o ayude a los espíritus que están ahí a descansar en paz”, finalizó.

Tal vez te pueda interesar:

- Publicidad -

LO MÁS LEÍDO