Por Jorge Moreno
Hace ya mucho tiempo, cuando se aproximaba la celebración del Hanal Pixán, sucedió que en Yobaín, una adolescente a quien le gustaba salir a mirar las estrellas casi todas las noches, observó que un bulto extraño se aproximaba por la calle; en primer lugar, creyó que se trataba de alguna persona a la que se le había hecho muy tarde y cuyas vestiduras blancas contrastaban con la oscuridad que permitía a la mujercita admirar las estrellas.
Sin embargo, aquella misteriosa sombra en lugar de seguir avanzando por la calle, se detuvo justo frente a la reja de su casa. Paralizada se dio cuenta como aquel ente atravesó las viejas maderas y se dirigió hasta el brocal del pozo, justo a unos metros de donde ella se hallaba. Ya para ese momento, la adolescente se había dado cuenta que era una silueta humana, vaporosa, transparente.
Intentó llamar a su madre, pero sólo un sonido gutural seco logró salir de su boca. Aterrada vio cómo aquel ser sobrenatural tomó la soga que servía para jalar agua, se la ató al cuello y antes de lanzarse al interior del pozo volvió su mirada a donde se hallaba Jacinta. La chica no pudo más y cayó desmayada.
A la mañana siguiente despertó en su hamaca. Corriendo fue a preguntarle a su mamá qué había pasado, pero por más que le explicó lo que había ocurrido la noche anterior, su mamá sólo le repetía que todos habían pasado una noche tranquila y que especialmente ella había amanecido muy bien dormida en su hamaca.
Revelación del abuelo
Sin embargo, no contenta por su experiencia paranormal, acudió con su abuelo y luego de contarle todo, el señor le dijo que hacía ya muchos años en ese lugar, una mujer se había ahorcado en el pozo y que su cuerpo lo habían encontrado mucho tiempo después ya en estado de descomposición entre las aguas de la oscura oquedad.
La claridad le vino a la mente a Jacinta, que recordó que la noche de los extraños sucesos era el 31 de octubre. Desde entonces, evitó salir a mirar las estrellas aunque se dice que a sus hijos les contó lo que había visto, y lo que su abuelo le explicó; que
en ese pozo aún permanece el alma en pena de la mujer y que es probable que siga buscando un alma débil de alguien que pueda ocupar su lugar para que ella se pueda ir a su descanso eterno.
Mejor no averigües nada
El lugar donde se halla el pozo sigue siendo un misterio no revelado por extrañas razones, pero si una noche de otoño próxima al Hanal Pixán te llegaras a encontrar con una silueta blanca, simplemente date la vuelta y no pretendas averiguar nada, porque podrías ser el siguiente relevo del ánima del pozo. Y así como este caso, hay varios más similares que ocurren principalmente en las épocas de finados.
Más adelante les estaremos contando otros casos, mientras tanto esperemos que ustedes, amigos lectores, no hayan pasado una experiencia muy terrorífica en estos últimos días.
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