Rollo: El Boffas
Don Luisito Pech Vela ya es todo un personaje en Circuito Colonias con el cruzamiento de la calle 59, a un costado de la famosa taquería “Celes” donde, la neta, el lechón al horno no tiene progenitora.
Pues resulta que a pesar de sus problemas físicos, ya que tiene por “Roll Royce” a su práctica silla de ruedas, Luis -de aspecto bonachón y bigote finamente “picado”- no suelta la chamba. ¿Acaso hay de otra? “Ahí está la chuleta”, dice sonriente.
El vendedor de periódicos, de todo tipo, ya tiene callo en esa chamba. No hace mucho tiempo cumplió 21 años de estar jo… diario, de 3 de la madrugada hasta las 10 u 11 de la mañana, dependiendo de cómo se comporte la venta.
Pero siempre sale para los frijolitos y las tortillas –al menos no los desprecia como la migrante hondureña, cuyo paladar sólo reconoce el caviar; ¿acaso no sabrá que el frijol es el mejor “caviar azteca”1 del mundo?- y los clientes poco a poco acercan sus carros, motos o bicicletas para comprarle algún ejemplar. Los pesitos, de poquito en poquito, siempre llenan el chanchito.
Y es que eso de romperse la “mandarina en gajos” desde las 3 de la madrugada no está fácil. Quizá hubo mejores etapas para la venta de la noticia impresa, “pero no hay que decaer, todo tiene su tiempo y la información mediante los periódicos se mantendrá durante mucho tiempo”.
Mientras tanto y los dioses de la fortuna no se la hagan más fácil, don Luis Pech Vela siempre los atenderá con una sonrisa franca y picarona. Ya saben dónde buscar.
