Como de costumbre, un pleito entre consumidores y prestadores de servicio fue ventilado por redes sociales en lugar de acudirse con las autoridades correspondientes. En esta ocasión fue entre una persona de nombre Sofía Novelo Correa y la banquetera llamada “Platinum Mérida”.
La queja de la mujer, publicada en Facebook la madrugada del sábado pasado, acusaba fraude por parte de la banquetera, pues aseguró que para el evento en cuestión Una graduación) se pagaron 650 pesos por platillo y les dieron algunos platos con una rebanada de pizza y escasa pasta y puré.
Un robo TOTAL por parte de la banquetera PLATINUM MÉRIDA un platillo de $650 para que te den esta burla casi a las…
Publicado por Sofia Novelo Correa en Sábado, 21 de enero de 2023
Asimismo, se alegó que no había suficientes hileras de mesa y les sirvieron el hielo en botellas cortadas de refresco, además de que no había carpas en las entradas de la Hacienda Teya.
La queja indica que exigen la devolución del pago total, pero, como siempre, en publicación en redes, sin que haya información sobre una posible denuncia ante las autoridades competentes.
Sin embargo, horas más tarde la banquetera aludida publicó una aclaración sobre el caso, e incluso compartieron el contrato firmado y capturas de pantalla de quienes requirieron el servicio, que incluyeron a más personas entre los asistentes, es decir, se sobrepasó el cupo de la cantidad contratada.
Se aclara inicialmente que el platillo tuvo un costo de 550 pesos por persona, para un total de 664 adultos y 38 niños, y también se menciona que la pizza sería para los pequeños.
Horas antes de iniciar el evento, tal como consta en capturas de pantalla del cliente y el prestador de servicios, se observa que piden más adicionales, para un excedente total de 19 personas.
Por ello hizo falta mobiliario para más personas, pues no se pagaron los extras, y tampoco se pagaron escenario, ni carpas, ni pista, pero ésta última fue incluida como cortesía.
Es decir, la cliente se quejaba, entre otras cosas, de que no había carpas que recibieran a los invitados, cuando nunca contrataron ese servicio.
Al final, el lector es quien tiene la última palabra.
