Un sujeto de 26 años, identificado como Flavio Hlabangwane, fue detenido el sábado pasado en Johannesburgo, en Sudáfrica, tras descubrirse que tenía restos humanos guardados en su refrigerador.
Y es que la persona que hizo el cruel descubrimiento fue la novia del acusado, una mujer de 20 años quien se quedó a dormir por primera vez en la casa del hombre durante la noche del viernes 12 de noviembre, de acuerdo con medios locales.
A la mañana siguiente, mientras Flavio salió a comprar el desayuno, ella abrió el refrigerador y encontró el cuerpo de otra mujer, oculto en bolsas de plástico.
La mujer asegura que «abrió una bolsa y vio una mano».
La joven salió corriendo de la casa y llamó a la puerta de un vecino. Se encontró con un policía retirado y su amigo, quienes la siguieron hasta la vivienda para corroborar el hallazgo.
“Cuando los vecinos estaban reunidos, Hlabangwane entró en el patio. El policía le dijo que había una denuncia y le preguntó por la mano que había dentro del refrigerador.
A lo que el hombre respondió: ‘¿Qué refrigerador? ¿De qué estás hablando? No hay nada ahí'», narró un testigo.
En ese momento, el policía retirado rompió las bolsas, confirmó que el cuerpo se encontraba adentro y esposó al dueño de casa.
En tanto, uno de los vecinos se asomó en el refrigerador y contó que vio un brazo con sangre, «fue un shock «, afirmó.
Mientras esperaban a la patrulla de la policía, Hlabangwane intentó suicidarse al clavarse un puñal en el cuello y beber lavandina mezclada con vinagre, pero no logró su objetivo.
Por la lesión, el hombre fue trasladado a una clínica cercana, donde recibió atención médica y se recuperó de las heridas. Posteriormente, fue encarcelado.
La portavoz de la policía, Brenda Muridili, indicó que el torso y la cabeza todavía no habían sido encontrados y que estaban esperando un informe forense sobre las extremidades para su identificación, pero presumen que se trata de una ex novia de Hlabangwane.
El acusado y la joven que descubrió los restos se conocieron por Facebook y era la primera noche que pasaban juntos. Según los vecinos, él era un hombre tranquilo sin demasiados amigos.