El velador R.B., de 36 años de edad, después de una noche de chamba se metió a una camioneta a echarse un coyotito, pero ya jamás despertó, pues un ataque al corazón lo mandó directo con San Pedro.
Este amigo trabajaba en un taller mecánico de camiones de la calle 67 de la colonia El Roble Agrícola, en Mérida.
Resulta que R. había concluido su jornada de trabajo vigilando el lugar y, de acuerdo a sus compañeros de labores, como era su costumbre, buscó un lugar para dormir un ratito y qué mejor que en una camionetita.
Sin embargo, al ver que no despertaba, uno de sus compañeros fue a verlo y notó que no respondía. Por tal motivo, creyendo que se encontraba enfermo, llamó una ambulancia para que lo fueran a checar.
Los paramédicos se percataron que el velador ya había entregado el equipo porque le falló el corazón.
El lugar fue acordonado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Fiscalía para levantar el cadáver.
R. estaba casado y tenía dos hijos.
