Redacción De Peso
MÉRIDA, Yuc.- Una marcha pacífica en la entrada de la granja porcícola Producción Alimentaria y Porcícola (Papo) de la agrupación cultural en defensa de los pueblos indígenas Ka’naan Ts’onot de Homún, apoyada por el grupo Indignación A.C., se salió de control y terminó con el secuestro por unos horas de personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Los inspectores de la dependencia nomás acudieron a Homún a realizar su chamba y por poco los linchan por los “cenoteros”, quienes los obligaron a retirar los sellos de clausura que minutos antes habían colocado a cambio de su libertad.
Justo cuando estaban en la protesta, integrantes del grupo Indignación avisaron utilizando altavoces, que inspectores de la Profepa realizaban operativos en los cenotes donde trabajan los manifestantes y que los estaban clausurando.
Una integrante del grupo Indignación, capitaneado por Cristina Muñoz anunció que se había clausurado el cenote San Antonio y pidió ir en busca de los representantes de la Profepa.
La muchedumbre se retiró en mototaxis y se fueron a los cenotes, asesorados por los integrantes del grupo Indignación los “cenoteros” alcanzaron a los inspectores en el cenote “Bal-mil” y retuvieron dos camionetas de la Profepa, colocaron piedras para evitar que los trabajadores de la dependencia recibieran apoyo policiaco.
“Fuimos secuestrados, privados de nuestra libertad, amenazados e incluso nos quisieron linchar por la gente que recibía orden de los líderes de los cenotes, entre estos Gabriel Cabrera y Clemente May, capitaneados por integrantes del grupo Indignación”, señalaron los trabajadores.
Cristina Muñoz, al ver que el asunto se estaba poniendo color de hormiga, pidió que las mujeres y niños se retiraran del lugar.
Los homunenses obligaron a los inspectores a retirar los sellos de clausura, a pesar de que los funcionarios trataban de explicarles que no contaban con los permisos de Manifiesto de Impacto Ambiental.
Enfurecida, la gente obligó a los trabajadores a caminar, entre empujones e insultos, hasta el cenote llamado “Canun che en”, (aproximadamente cuatro kilómetros) para que también retiren los sellos de clausura.
Los organizadores del movimiento, al ver que la gente perdía el control, pidieron calma y que no caigan en actos de violencia, pues dijeron que la acción de la Profepa fue una provocación del gobierno.
Al lugar llegaron cerca de 15 unidades de la Policía Estatal, cuyos elementos ayudaron a liberar a los trabajadores del organismo federal. Cabe mencionar que los integrantes de Indignación obligaron a los trabajadores de Profepa a no dar entrevistas ni mencionar ninguna palabra de lo sucedido.
Una de las personas retenidas fue trasladada a un hospital para recibir atención médica.
