«Todo se derrumbó dentro de mí» es el tema musical perfecto para un predio que se derrumbó precisamente por dentro en la calle 63 entre 44 y 46 del Centro de Mérida, sin que nadie supiera cómo o por qué.
Lo más seguro es que se haya tratado de un efecto de los años, del nulo mantenimiento a este predio abandonado, y del inexistente interés de los propietarios, sumando a todo ello las copiosas lluvias que cayeron en estos días, que reblandecieron el techo hasta que se fue para abajo, espantando a los vecinos de la zona.
Fueron ellos los que, luego de reportar el caso ante las autoridades, colocaron un letrero a las afueras de la casa para que la gente que pase por allá tome sus precauciones, pues incluso una de las paredes laterales quedó cuarteada, con el riesgo de que la fachada caiga, ahora sí, del lado de la banqueta, con riesgo de planchar a un peatón o a un vehículo que pase cerca. Ojo, mucho ojo, Ayuntamiento de Mérida.