Luego de prácticamente 24 horas de haber sido ‘secuestrada’ por un grupo de personas inconformes con los resultados electorales del 6 de junio, la Administración Portuaria Integral (API) de Progreso finalmente fue liberada esta noche.
Autoridades policiacas lograron tomar las instalaciones de acceso al puerto de altura y dispersaron a los manifestantes, que no solo desconocían los resultados de los comicios sino que exigían la anulación de los mismos, en particular los referentes a la alcadía.
Hasta el momento el sitio se encuentra resguardado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.
Dicho bloqueo de la API ha ocasionado graves consecuencias, como por ejemplo el hecho de que los retrasos en las importaciones y exportaciones significan enormes pérdidas económicas.
Tan solo en el caso del sector alimenticio, más de 16,000 toneladas no han podido ser distribuidas.
Tampoco se han podido distribuir hidrocarburos en más de 100 estaciones de servicio, lo que representa 4.5 millones de litros de gasolina y diésel; así como 3.1 millones de litros de turbosina que abastecen principalmente el aeropuerto de Cancún.
Estos son solo unos ejemplos de cómo el dilatado bloqueo ha afectado no solo a Yucatán sino a otras partes del país y del mundo.
Más líos
La jornada electoral en Yucatán no solo derivó en el problema de la API, sino que hasta este lunes la entrada al puerto de Celestún fue bloqueada por personas que desconocían el triunfo de José Ramírez Perera “Ponto”, candidato a alcalde por el PAN.
En Tizimín un sujeto armado amenazó con una pistola en una casilla, sin que hubiera lesionados. Además hubo un pleito entre simpatizantes de dos partidos políticos en una escuela que sirvió como casilla en San Pedro Nohpat, Kanasín.
También hubo tres arrestos por supuesta compra de votos en Ticul.
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