Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- El juez de control Kenny Martins Burgos Salazar no tomó en cuenta que el amante de lo ajeno Rubén Eloy Rojas Ocampo vive enfrente de su víctima, que es sospechoso de un atraco a una escuela el pasado fin de semana y que echó a perder su localizador electrónico, para seguir beneficiándolo con medidas cautelares bastante tibias.
En una audiencia, en la que la denunciante Rosa Elena Puerto González pidió al juez que se modifiquen las medidas cautelares que se le impuso a su vecino, el juez Kenny Martins no tomó en cuenta a la víctima.
Lo único que hizo fue exhortar al imputado a que tenga más cuidado con el localizador electrónico, pues lo “descompuso” y le dio otro nuevo, cuando en realidad el dispositivo es un vulgar teléfono celular barato, que se sujeta al tobillo del indiciado.
Sí, increíblemente, Burgos Salazar supuestamente aplicó la ley, pero no la elemental justicia.
Además, no tomó en cuenta que el delito de robo calificado y a comercio, con el Código de Procedimientos Penales en el Estado de Yucatán, se castiga con pena de cárcel y es considerado un delito grave.
Rojas Ocampo fue declarado legalmente detenido, imputado y vinculado a proceso por el delito de robo calificado por entrar a la tienda “La Pequeña Estefany” de la colonia Azcorra, para descuidar a su propietaria y hurtarle su cartera.
Dicho juez le impuso una serie de medidas cautelares, consistentes en no salir del Estado sin autorización judicial; someterse a vigilancia del Centro Estatal de Medidas Cautelares; no acerarse a determinados lugares; no acercarse a la víctima y testigo, y colocación de localizador electrónico.
Los hechos se dieron el 23 de julio, aproximadamente a las 12:30 horas, cuando Rojas Ocampo se introdujo por la puerta principal del estanquillo denominado “La Pequeña Estefany”, ubicado en la calle 73 entre 18 y 20 de la colonia Azcorra.
Del lugar, se apoderó de una cartera que contenía la cantidad de dos mil pesos, en billetes de varias denominaciones, que se encontraba en ese momento encima de una vidriera.
Para su mala suerte, fue visto y se solicitó el apoyo de la Policía para su detención.
