Como ambas mujeres quisieron dar vuelta a la derecha al mismo tiempo, pues vino el embarrón de naves.
Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Como si se estuvieran dando un amoroso beso de cachete, así quedaron dos vehículos la tarde de ayer en el fraccionamiento Juan Pablo II, pero se trató más bien de “amor apache” porque fue en realidad un choque que dejó a la nave más chirris con fuertes daños a la vista, de ésos que duelen hasta lo más profundo de la billetera. Lo único bueno fue que nadie salió herido.
El ranazo ocurrió en la avenida 22, mero en la esquina con la avenida 41. Sobre la primera vía iba de norte a sur una dama guiando el Mazda con placas ZAL032A, y al llegar a la esquina de la 41 intentó dar vuelta a la derecha, pero de pronto sintió un fuerte embarrón del lado de su portezuela. ¡Y cómo no! La había chocado con su costado derecho una camioneta Uplander de numeral ZBY560A, al mando de otra fémina que iba en la misma dirección y que también quiso dar vuelta a la derecha, pero se pegó demasiado y tómala, provocó la colisión.
Cada una de las involucradas llamó a su aseguradora y a sus respectivas familias para que fueran a echarles la mano, llegando elementos de la SSP que enconaron la zona para evitar otros accidentes, pues prácticamente ocurrió el percance al lado de la glorieta en ese cruce, y había el riesgo de otro mamporrazo, de modo que se tomó nota de los hechos y se esperó a los representantes del seguro para que evaluaran los daños y hablaran de costos.
