Los cuerpos de Rogelio P. C. y Julio Ismael P. D., padre e hijo, llegaron ayer poco después de las 7:30 de la noche en lo que fue su domicilio en la colonia San Benito, en Ticul.
Este viernes al mediodía partió el cortejo fúnebre con los restos mortales de don Rogelio y su hijo Julio, quienes fueron sepultados en el cementerio municipal de Ticul.
Mientras los otros dos que por poco pierden de la vida, Rubén L. y su hijo Máximo L. B., ya están fuera de peligro pero siguen el hospital para su valoración.
El miércoles padre e hijo fueron “tragados” por un sumidero, resultado del desplome de una fosa séptica en construcción en una tienda de la colonia San Joaquín de Ticul.
Eran cuatro trabajadores -dos parejas conformadas por padre-hijo- realizaban conexiones de un sumidero antiguo a uno de recién construcción cuando sucedió la desgracia.
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