‘Coperacha’ para enterrarlo

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Tanto trago le cobró la factura  señor San Bernardino Poot Canché, quien a sus 42 años partió para jamás volver.

Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Solito en un predio abandonado de la colonia Amalia Solórzano, así partió al más allá el señor San Bernardino Poot Canché, un hombre de 42 años que por culpa del alcohol ya no está en este plano. Anteayer por la tarde ocurrió su deceso, y como no hubo familiares que se hicieran cargo de sus restos mortales, los vecinos armaron la coperacha para solicitar los servicios funerarios. Buena onda por toda la banda, la verdad.

Don Bernardino, “Dino” para los cuates, empinaba el codo más de lo debido, y todos lo conocían allá por la Amalia. En los últimos días estuvo viviendo en un predio abandonado de la calle 14 entre 19 y 21 de esa zona del oriente meridano, y le caían de visita sus demás caramadas que también gustaban de rajar trago.

La cosa es que hace poco empezó a decirle a su vecino Eliseo Bacab que se sentía mal, pero éste no se le dio importancia a su sufrir y, en cambio, sí le seguía llevando sus alimentos.

Ayer al mediodía, don Eliseo pasó a visitarlo y lo vio acostado en su hamaca, y cuando le ofreció la botana del día, Bernardino dijo que nel, que no tenía hambre, y se fue el vecino a chambear.

A las cinco de la tarde retachó a visitar al enfermito y al verlo inmóvil le tocó un cachete y sintió que estaba helado, por lo que avisó a las autoridades.

Llegaron elementos de la SSP acompañados de paramédicos, quienes confirmaron que San Bernardino ya estaba en el cielo, así que se pidió la asistencia del Semefo para que tomara nota, junto con personal del Ministerio Público.

Un médico particular certificó la muerte, y los vecinos de esa calle armaron su coperacha para pagar los gastos funerarios, debido a que los familiares del hoy occiso aparentemente no pudieron acudir al momento.

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