Una añeja casona de la esquina de la calle 65 con 44 se vino abajo ayer en la tarde y de milagro las enormes piedras no cayeron sobre un transeúnte o de algún vehículo.
Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Dentro de poco le van a poner al Centro de Mérida avisos por todos lados que digan “zona de derrumbes”, pues poco a poco están valiendo gorro viejas casonas que ceden al paso de la bola de años.
Primero cayó una de la calle 48 con 65, frente a la Casa del Pueblo, luego se vino abajo otra en la calle 69 con 44, y ayer por la tarde valió gorro la casona añeja de la esquina de la 65 con 44.
De pura chiripa no cayeron sus piedrotas encima de cristianos o vehículos.
La banda informativa de De Peso cayó al sitio de los hechos y se checó que, efectivamente, la fachada del predio, que posiblemente data del siglo XVII, había caído sobre la banqueta y un carril de la calle 65.
Al parecer fueron las lluvias que han caído en los últimos días las que reblandecieron las viejas uniones y sin decir “agua va” cayó todo un buen pedazo de la construcción, incluyendo piedras, polvo y pedazos de rieles metálicas.
Agentes de la SSP llegaron para tomar nota de los hechos y señalizar la zona en prevención de peatones y automovilistas, y se pidió la intervención de Protección Civil para determinar qué onda se haría, pues algunos pedazos que en la parte más alta de la estructura estaban a punto de caer, y toda la pared que da a la calle 44 está a merced de cualquier ráfaga violenta de aire.
Como quien dice, un ventarrón y chance también cae, y ahora sí podría haber una desgracia.
A ver si el Ayuntamiento ya interviene para ver qué onda con los dueños de las cantonas viejas y con el INAH
