Vaya manera de Doña Huesitos de llevarse a don C. J. P. L., de 73 años de edad. El pobre hombre sufrió un infarto mientras conducía su nave por calles del fraccionamiento Vergel II.
El sustazo de su vida se llevaron también los propietarios de un Hiunday Grand i10, placas YYT923-C, al salir de su cantona, después de escuchar como un auto chocó su nave, estacionada a las puertas de su predio, y es que al acercarse éstos a reclamarle al conductor, sólo alcanzaron a ver a don C. ya inerte.
Datos obtenidos de los propios vecinos indicaron que el señor conducía un Chevy de oriente a poniente sobre la calle 27-A entre las calles 10-D y 10-E, y precisamente a mitad de dichos cruces, se orilló de más a su izquierda y se estrelló contra el Hiunday.
Su Chevy acabó con una de las llantas traseras sobre la banqueta y tanto éste como el Hiunday sufrieron sus buenos daños. Don C. de plano no la contó: su corazón se le paró y la Huesuda le dijo “hasta aquí llegamos”.
Aunque los vecinos solicitaron pronta asistencia de los servicios de emergencias, al llegar paramédicos de la SSP nada pudieron hacer por el señor.
Mientras que peritos de la SSP realizaron las labores correspondientes por el accidente, se solicitó en el lugar personal de la FGE para el levantamiento del cuerpo.
