Por unanimidad de votos, los jueces del Tribunal Segundo de Enjuiciamiento le impusieron la pena de 49 años y 6 meses de prisión al anciano Juan Canul Puga (a) “Juanillo”, de 72 años, por violar en repetidas ocasiones a su sobrina desde que tenía 11 años y a la que finalmente embarazó a los 14.
Fue condenado por los delitos de violación equiparada agravada (2) y se leerá su sentencia el 11 de marzo, a las 10 de la mañana.
Durante la audiencia de determinación de sanciones y reparación del daño, se le impuso la pena privativa de libertad total de 49 años 6 meses de prisión, es decir, 24 años y 9 meses por cada delito.
También habrá de pagar 500 días de multa, equivalente a 81,947.25 pesos; reparará el daño material con 50 mil pesos, y por el daño moral se le condenó en abstracto, dejando a salvo los derechos de la víctima para que en la etapa de ejecución lo haga valer.
Igualmente se le condenó a pagar los gastos de gestación y nacimiento del hijo de la menor víctima directa.
Incluso, se le condenó a sufragar los gastos de pensión alimenticia del menor, víctima directa, al acreditarse científicamente que es su hijo biológico.
Habrá de ser amonestado públicamente; suspenderán sus derechos políticos; negarán los beneficios sustitutivos de sanciones y condena condicional.
Cuando tenía 11 años, la niña se fue a vivir al predio de ahora condenado, en Temax, bajo el cuidado del mismo, ya que su progenitor y hermanos no la podían cuidar.
Cuando tenía 12 años y estaba a punto de dormirse, el sujeto se subió en su hamaca, la despojó de su ropa y le impuso la cópula por la vía vaginal, diciéndole que quería que fuera su esposa y que no hablara.
La menor, por temor y vergüenza, no opuso resistencia, aunque cerca estuvieran durmiendo otras personas.
Estos actos continuaron hasta que cuando tenía 14 años su hermano notó cambios físicos en ella y le pidió a una familiar que la llevara al médico, determinándose que tenía en ese tiempo 24.2 semanas de gestación.
El papá fue informado, pero no hizo nada al respecto, concretándose en enviarla al domicilio de uno de sus primos.
Días después, la menor fue a buscar su ropa y ahí encontró a su agresor, quien de nueva cuenta la atacó sexualmente, por lo que ya no pudo seguir soportando esa situación y salió corriendo de la casa.
