Hasta el cielo lloró para despedir al oficial segundo Humberto Canché Aké, que perdió la vida el pasado lunes luego de ser atropellado por un conductor que se voló el alto en Prolongación Paseo de Montejo.
Ayer lo velaron en céntrica funeraria de la ciudad de Mérida. Su partida dejó tanto dolor entre sus familiares, compañeros y amigos que parecía que ahí arriba lo sabían, pues justo cuando sacaban el féretro, cayó una breve llovizna.
El cortejo partió de la funeraria Quevedo para dirigirse a Temozón, donde se realizarán las honras fúnebres y el sepelio programado para hoy a las cinco de la tarde en el cementerio de esa población del oriente del estado.
El secretario de Seguridad Pública del Estado, el comandante Luis Felipe Saidén Ojeda, montó una guardia de honor a los pies del féretro de Humberto, mientras que policías y paramédicos de la corporación guardaban silencio en la sala de velaciones de la funeraria.
Previamente el diácono Asterio Casanova celebró una misa de cuerpo presente, en el que estuvieron decenas de compañeros policías de la SSP para despedirse del segundo oficial Canché Aké.
El momento emotivo fue cuando antes de llevar el cuerpo de la carroza, abrieron el féretro para que compañeros y familiares se despidieran del oficial, lo que provocó lágrimas de la madre, que a su vez llegaron hondo a los agentes de la SSP.
La familia de Humberto aún no ha termina de comprender cómo sucedió el accidente automovilístico que les arrancó para siempre la presencia de su ser amado, entre lágrimas y suspiros trataban de despedirse de él para siempre.
Tras una hora de mostrar su respeto al oficial segundo, el comandante Saidén acompañado de otros oficiales de alto rango, cargaron el ataúd hasta la carroza que transportó el cuerpo de Canché Aké hasta el municipio de Temozón. La carroza fue escoltada al frente por policías motorizados y en la parte trasera por camionetas de la corporación, quienes llevaron a su compañero que pertenecía al Grupo Especial Goera Motorizado a su tierra, donde descansará en paz.
