Redacción/De Peso
TAHDZIU, Yucatán.- De un escopetazo, don Serapio Caamal decidió acabar con su existencia, al enterarse de que los tres tumores que tenía eran incurables, e iba a sufrir una muerte lenta y dolorosamente.
El ahora occiso, de 64 otoños, aprovechó que su familia estaba exhausta por haber pasado semanas en el hospital y muchos días sin dormir debido a que estaba pendiente de sus fuertes dolores, por lo que tomó su escopeta calibre 20 y la accionó a la altura del abdomen.
El disparo puso de pie a vecinos y familiares, pero ya nada pudieron hacer, ya que Serapio se había quitado la vida y su cuerpo quedó en su hamaca.
Su esposa dio parte a las autoridades municipales.
Rápidamente vecinos empezaron a murmurar que don Serapio tomó la decisión porque se enteró que los médicos lo desahuciaron y que tarde o temprano los dolores de tres tumores lo iban a matar.
Alrededor de las 8:00 horas, el Servicio Médico Forense arribó al lugar para el levantamiento del cuerpo y practicarle para la autopsia de ley.