Un sujeto fue imputado por el delito de abuso sexual agravado, luego de ser denunciado por abuso en contra a su hija de tres años de edad, y otros actos lascivos, aprovechando que se quedó a solas con la pequeña en una visita que hizo al domicilio que la menor habita con su madre, de quien está divorciado.
Sin embargo, el acusado enfrentará el proceso en libertad, debido a que la juez primero de control, Blanca Bonilla Castañeda, no concedió la prisión preventiva solicitada por las fiscales, y ordenó al acusado firmar el libro de registros del Centro Estatal de Medidas Cautelares, someterse a la vigilancia de este organismo, no acercase a las víctimas o a su domicilio en un radio de 200 metros y la prohibición de salir del estado. Estas medidas estarán vigentes por todo el tiempo que dure el proceso.
En la audiencia realizada en la sala 4 del Centro de Justicia Oral de Mérida, el acusado se reservó el derecho de rendir su declaración sobre los hechos que se le imputan y solicitó la ampliación del término para que se resuelva su situación jurídica.
La juez fijó para el próximo martes 26 la celebración de la audiencia de vinculación.
En la exposición de la acusación, las fiscales señalaron que el acusado y la denunciante contrajeron matrimonio y procrearon dos hijos, pero se divorciaron en abril de 2015 y uno de los acuerdos tomados en el juzgado familiar fue que el sujeto tendría una convivencia con los menores los días sábado.
Sin embargo, además la madre permitía que su ex esposo conviviera con los niños los domingos, de 9 de la mañana hasta el mediodía, en la casa que habita la denunciante con los menores.
El caso es que el 30 de julio de 2017, el acusado visitó a sus hijos y estaba con los niños en la habitación de éstos –como hacía cada vez que iba-, pero en esa ocasión se quedó a solas con la menor de tres años, pues su hermano de 8 salió del cuarto y bajo a la sala a hablar con su madre.
Aparentemente, todo estaba normal, pero cuando la denunciante almorzaba con sus hijos, notó que la menor estaba inquieta, por lo que le preguntó que le sucedía y ésta le dijo que le dolía su “cosita” por lo que su papá le había hecho.
La madre interrogó a su hija, quien le dijo que su padre lo que le había hecho.
Debido a esto la madre revisó a su hija y no se percató de que tuviera sangrado, pero al día siguiente acudió al juzgado familiar a solicitar medidas de restricción en contra de su ex esposo para que éste no se acercara o convivirá con los niños.
El 3 de agosto de ese mismo año, la niña conversaba con sus abuelos, sobre la visita de su padre, y fue cuando la menor externó que no le gustó lo que su progenitor le había hecho y contó los detalles.
Fue entonces que la madre interpuso la denuncia por el delito de abuso sexual agravado en contra su ex esposo.
