Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
Lo advertimos ayer, el punto de quiebre en la carta renuncia de Germán Martínez a la Dirección General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no era la renuncia misma sino, por un lado, las condiciones de desastre de la institución que denunció y, por otro, la injerencia de Hacienda y la crítica que le iba a generar entre la comentocracia “fifí”. Y no ha parado.
Esa “prensa conservadora” ha encontrado “profundidad reveladora” en la carta de Martínez. Su renuncia no la hace ante el presidente López Obrador sino ante el Consejo Técnico del IMSS, que no es lo mismo, lo cual están viendo como una especie de “salvedad” al propio Presidente, aunque tampoco nadie se hace tonto: el que manda es el Presidente.
Observan que el “maquillaje” que le quieren aplicar al IMSS, además del “control” que quiere tener Hacienda (según la carta de Martínez) a través de delegados en los estados, es orden del Presidente puesto que dijo apoyar las políticas de Hacienda y no tardó más de 24 horas en nombrar a Zoé Robledo como nuevo titular del Seguro Social.
Quiere decir, según esos comentócratas, que son políticas “criminales” ordenadas por López Obrador: quitarle recursos a una institución de salud, “la mejor que ha creado el Estado mexicano” según algunos, para proveer sus programas sociales. En otras palabras, es criminal porque al faltar muchas cosas en el IMSS por falta de recursos, seguramente se van a morir muchos mexicanos por falta de atención, por falta de medicinas.
Y no es que los mexicanos ignoráramos las condiciones de desastre en el Seguro Social (y en el Issste); no es que no supiéramos que todos los días se mueren muchos mexicanos en clínicas del IMSS por falta de medicinas, de médicos, por negligencia o falta de instrumentos, no, lo que sucede es que esas desastrosas condiciones que heredó el gobierno actual no habían sido denunciadas desde dentro, por algún directivo, como lo hizo ahora Germán Martínez.
Hay mucho de verdad, pero también mucho de cinismo. Verdad en algunas cosas que dice Martínez, cinismo en el tratamiento que le dan medios de comunicación y periodistas “fifís” pues no vieron (o no quisieron ver) el desastre desde hace ya varios años, al paso de administraciones priistas y panistas.
Rendijas
–Resulta que Emilio Lozoya (¿se acuerdan?), el ex director de Pemex ligado al caso Odebrecht, que cobró más de 10 millones de dólares para otorgar contratos a la empresa brasileña, ahora fue inhabilitado por 10 años para no ocupar cargos públicos (como si le hiciera falta). La Secretaría de la Función Pública hizo el anuncio y reveló la aplicación de una multa por más de 600 millones de pesos a “uno de ellos” que no es Lozoya sino otro funcionario responsable de comprar una planta de industrial con un sobre costo de 620 millonesde pesos.
Es un gran logro, según la secretaria de la Función Pública Eréndira Sandoval… ajá, y ¿los sobornos de Odebrecht?En toda Latinoamérica hay ex presidente y altos funcionarios presos (incluso uno se suicidó, Alán García de Perú), pero en México no pasa nada.
–Hay gran escándalo en redes sociales por la matanza, al parecer por envenenamiento, de perros callejeros. Unos 40, según se ha comentado. Ocurrió en la zona del malecón, donde hay cámaras. Resultaría relativamente fácil encontrar al o a los culpables. Pero el debate, además del hecho abominable y criminal, gira en torno a la existencia de los perros callejeros. ¿Cómo atenderlo? ¿Con perreras como antes? ¿Encontrándoles hogar? ¿Esterilizando? Ahí está el detalle, diría el gran Cantinflas.
–El gobernador Alejandro Moreno inauguró ayer el Bazar Artesanal, un edificio moderno y confortable para que los artesanos locales trabajen y vendan sus productos. Bien. La semana próxima se entregará el Puente la Unidad, anunció, y seguramente estará López Obrador.
Pero ahí mismo volvió sobre un discurso que muchos interpretaron de despedida de su función gubernamental. Claro, ya sabemos que buscará ser dirigente nacional del PRI… pero, ¿será un hecho?
