Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
No, no hay manera de hacerlos entrar en razón. Los grupos de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, “reventaron” sus propias asambleas para elegir los delegados que deben elegir a su vez, en la asamblea nacional prevista para el 23 o 24 de noviembre, a sus dirigentes nacionales.
Ha ocurrido en casi todos los estados, en la propia Ciudad de México, y este fin de semana en Campeche. Las notas periodísticas relatan que los grupos, azuzados por Gladys Zavala (la hermana de Manuel, segundo de Katia Meave, la “superdelegada”), Carmen Molina Chablé, Carlos Ucam Yam (¿se acuerdan?, el admirador de El Chapo y quien tiene sus derechos suspendidos por un año), Froylan Vera Pech, entre otros, destrozaron las puertas de vidrio del salón donde se haría la asamblea y entraron para generar un clima de violencia.
Esto obligó a que el delegado del CEN de Morena, un tipo de nombre muy particular, Hernán Cortés, suspendiera la asamblea por falta de condiciones y se retiró. Eso fue el sábado en San Francisco de Campeche, pero igual ocurrió en Carmen. Este lunes, momentos antes de partir a la Ciudad de México, Cortés declaró que lleva su reporte al Comité Ejecutivo Nacional e incluye fotos y videos de lo ocurrido y quienes lo hicieron.
El Comité de Elecciones de Morena, a estas horas, habrá tomado conocimiento de los pormenores de lo ocurrido y tomará una decisión, aunque de antemano se sabe que buscará reponer las asambleas antes del 23 o 24 de noviembre para elegir a los delegados a la asamblea nacional. Es probable que, al margen de la reposición, haya sanciones para los alborotadores.
En Campeche, desde luego, ya se veía venir lo que ocurrió. Empezó cuando la presidenta de Morena, Patricia León, informó que sólo 5 mil estaban confirmados en el padrón y que unos 20 mil más debían hacer un trámite para ingresar al padrón y poder asistir a las asambleas. El grupo de los Zavala y Katia Meave intensificaron su campaña en redes contra la presidenta León y los legisladores federales Aníbal Ostoa y Carlos Martínez, y el diputado local José Luis Flores Pacheco.
A ellos los acusaron de lo ocurrido con el padrón, como los han acusado de todo, en una campaña sucia, abusiva y denigrante y, ante todo, opuesta y dañina al propio presidente López Obrador que los ha llamado a serenarse y llegar a acuerdos políticos que salven a Morena del desastre en que quedará si las cosas continúan igual.
Pero no hacen el mínimo caso. Están cucando al tigre, sin darse cuenta o precisamente porque sí se dan, que el tigre ya les advirtió que los dejará con su partido y se irá si no concilian.
Rendijas
–El delegado del CEN del PRI en Campeche, se llama Rubén Zuarth Esquinca, debutó pronunciándose contra el paquete económico federal. Lo calificó de irresponsable y de representar un boquete a la economía familiar.
Bueno, cualquier cosa es mejor que bailar zumba al estilo Lazo.
–Circula en redes sociales una carta que trabajadores del Seguro Social le hicieron llegar a López Obrador y al director del IMSS, Zoé Robledo, donde revelan una red de corrupción y nepotismo que involucra, principalmente, al jefe delegacional Francisco Javier Rodríguez Ruiz. ¿Será cierto? No sabemos, pero los pelos y señales son muy concretos.
