Rollo: Celia Franco; flashazo: Viko
Su risa es única, contagiosa, es de esas que te alegran el momento con tan sólo escucharla. Sabes que ella es feliz y que te comparte un poco de ese sentimiento. Karla Salazar González es una mujer que ha aprendido a ser fuerte, a no dejarse vencer, pero sobre todo a disfrutar cada momento de su vida; sabe que nada es eterno y que en cualquier momento podemos dejar de existir.
Es de esas pocas mujeres que no tienen miedo de hablar con la verdad, que tiene metas muy bien definidas y trabaja todos los días para conseguirlas, siempre buscándole el lado positivo a las cosas pero consciente de que hay que tener un “plan B”, en caso de necesitarlo.
Karlita, como cariñosamente le dicen en el ámbito político, es una mujer arrojada y valiente que se encuentra profundamente enamorada de su pequeño hijo que le ha abierto los ojos para entender que es necesario que ella esté bien para poder impulsarlo.
Su máximo sueño es verlo convertirse en un hombre de bien, que sea feliz, pues aunque demuestra mucha seguridad, ahora piensa dos veces las cosas antes de hacerlas y todo para que su hijo tenga un buen ejemplo.
Sabe que hoy todavía no es el momento para dar el brinco pero trabaja para seguir caminando en su carrera política –actualmente es regidora del PAN en el cabildo de Mérida- y aunque no soporta el cinismo ni la mentira, ya aprendió a reírse de las hipocresías y la ignorancia de muchos que quieren brillar opacando a otros. No es rencorosa pero tampoco se deja.
Ahora Karlita vive un buen momento que sabe reconocer, apreciar y agradecer.
¿Cama o hamaca?
De inmediato: cama (risas); es pura comodidad (volvió a reír).
¿Comida y postre favoritos?
¡Way! Mariscos, aunque la verdad soy súper todo terreno, todo me gusta y de postres pie de limón, tiramisú y bombones con chocolate.
¿Algún personaje que admire?
A la madre Teresa de Calcuta, es alguien que me inspira.
¿Frase que con la que se identifique?
Dios mío (risas)… “y colorín colorado, este cuento no se ha acabado”.
¿Cuándo era niña que quería ser de grande?
Suspiró: siempre quise ser abogada y aunque no tenía la idea de ser político siempre fui muy cívica.
Si pudiera tener un súper poder, ¿cuál elegiría?
Volar o ser invisible (risas), como la capa de Harry Potter.
¿Algún momento en tu vida que te haya marcado?
Se puso seria y contó: en el 2009, la muerte de mi esposo, fue una tragedia que me trajo mucho aprendizaje, me hice un plan de mejorar como homenaje a él porque se nos fue un ser humano que era muy bueno. Eso también me trajo mucha realidad, antes era muy soñadora, maduré muchísimo. Y, por supuesto, ser mamá, que también ha cambiado mi mundo. Mi prioridad ahora es mi hijo, darle lo mejor.
¿Fue muy noviera?
No, en general no.
¿Mejor virtud?
Respiró, abrió los ojos, puso la mano sobre su mejilla: ¡Way! No sé, soy muy empática.
¿Peor defecto?
Soy muy confiada.
¿Arriba o abajo?
Pa´l centro y adentro (risas).
