Rollo: Celia V. Franco C.
Hubo una vez en donde el Presidente siempre salía del mismo partido político, el PRI; los gobernadores y alcaldes, también eran en su mayoría militantes del Partido Revolucionario Institucional. Todo aquel que quisiera tener una carrera política próspera sabía que la opción real para lograrlo era ser militante de dicho instituto.
Luego de 70 años de lo mismo surgió un personaje, de origen extranjero pero con pinta de norteñote aguerrido, que hizo soñar a millones de mexicanos que estaban cansados de vivir viendo cómo sólo unos se beneficiaban y muchos únicamente sobrevivían.
Fue así que Vicente Fox Quezada se convirtió en el primer presidente panista en México y trajo consigo una inercia en donde muchos de los militantes del blanquiazul lograron ganar gubernaturas y alcaldías, pero sobre todo comenzaba en el país el incipiente camino de la democracia alternando el poder.
Una vez arrebatado el triunfo, los panistas se aferraron a la Presidencia. Felipe Calderón Hinojosa llegó entonces a la silla del águila, desafortunadamente los mexicanos, quienes no se habían convencido con la labor de su antecesor, terminaron de desencantarse con el presidente blanquiazul, quien decidió declarar la guerra en territorio mexicano al narcotráfico y desencadenando con esto una serie de matanzas y ejecuciones que terminó en una pila de muertos y desapariciones que todavía no se terminan de contar.
Fue entonces cuando el pueblo aplicó el famoso “más vale malo conocido que bueno por conocer” y junto con un personaje que parecía de telenovela, con una esposa actriz, guapetón y con carisma, votaron por Enrique Peña Nieto.
Su mandato estuvo lleno de inconformidades, reclamos, marchas, nadie se fijó en las cosas que se hicieron bien. A eso se le suma la campaña que ya había comenzado el actual Presidente. El teatro creado alrededor de EPN no alcanzó para mantener al PRI en el poder y terminó entregando la presidencia a Andrés Manuel López Obrador.
Este último dejó el PRD, partido que ayudó a fundar pero que perdió los valores de la izquierda y luego de varios años en campaña creó el partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), con el que logró llegar al puesto más alto, ahora es el flamante presidente de México.
Tiene un estilo diferente y el apoyo de la mayoría de ciudadanos. El tiempo dirá si su actuar es lo que el país necesita.
Pero lo que es una realidad es que desde hace varias elecciones los mexicanos ya no apoyan a un partido político sino a los candidatos y, al parecer, los políticos yucatecos comienzan a darse cuenta de esto.
Por ejemplo, desde hace varias semanas militantes del PRD han anunciado sus renuncias, aseguran que los malos manejos en el interior de dicho partido se han convertido en la doctrina de los actuales dirigentes que tienen secuestrado al instituto y por eso prefieren separarse de sus filas, aún y cuando muchos han dedicado más de la mitad de su vida a construirlo.
Por el bien de la tan presumida democracia esperemos que logren agruparse para ofrecer a la ciudadanía candidatos con principios.
