Rollo: Freddy Heredia
El viernes pasado, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió al gobernador Mauricio Vila como un “extraordinario gobernador” nos dio la impresión de que el Ejecutivo Federal ya da por descontado que tiene en Vila Dosal a uno de sus mejores aliados, pese a quien le pese.
Por eso no es de extrañarse que los enviados del gobierno federal, para planear el evento, decidieran dejar a un lado todo aquello que pudiera ocasionar ruido, rechiflas o momentos nada agradables como ocurrió durante la visita presidencial a Campeche.
Hubo quienes apostaron a la división, quienes azuzaron quejas que pasaron desapercibidas porque la política de altura tiene que iniciar desde arriba. Creemos que el evento donde se vio a los senadores del PRI, Jorge Carlos Ramírez, en el presídium y al del PAN, Raúl Paz Alonzo, quedó claro que no es lo mismo ser un senador, un alcalde o un gobernador que un representante del gobierno federal. Hay de niveles a niveles.
En esta gira llena de simbolismos como le gusta mandar mensajes al Presidente López Obrador se hizo acompañar del secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela -de origen yucateco- y expresó que el fantasma de la corrupción está sobre el hospital de Ticul. Por cierto, al que no dejaron trepar al templete por la ayudantía es al representante del gobierno federal, Joaquín Díaz Mena.
Por eso, a más de algún alcalde le habrá quedado claro que cuando se trata de resolver problemas no se requieren intermediarios y que no es tiempo de lucimientos políticos, sino de aprovechar el ánimo de cooperación para dar resultados, sobre todo en el combate a la pobreza, el mejoramiento de la vivienda y el impulso a los productores, pero siempre respetando los niveles.
La visita presidencial tuvo un carácter de coordinación como no se había visto en otros estados. Incluso, hubo tiempo de bromear y distender el trabajo, sobre todo cuando a López Obrador se le regaló una playera del equipo los Olmecas de Tabasco.
A pesar de la estricta seguridad impuesta por el Servicio Secreto del Gobierno de los Estados Unidos, la Cumbre de hombres de negocios en Mérida fue un evento que marcó la importancia que tiene la entidad para asegurar el éxito de grandes proyectos a nivel nacional y por ello, se logró obtener del presidente la firma promesa de que se resolverá el problema del hospital de Ticul y Tekax además de mejorar la infraestructura turística de Progreso.
Durante el evento de la onceava reunión del Diálogo de CEO’s México-Estados Unidos que se realizó en la ciudad de Mérida, asistieron los secretarios de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross y el director General de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, Thomas Donohue, así como los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón; Economía, Graciela Márquez Colín y Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Salió a relucir que en el tratado entre México, Canadá y los Estados Unidos, se recordó a los miembros del T- MEC que para firmar pactos comerciales con países que no tengan una economía de mercado o que no favorezca el libre comercio deberán de avisar a los socios tres meses antes de iniciar una negociación, es decir, vigilarán el posible acuerdo que tendría nuestro país con los intercambios comerciales que se realizan con China ya que abrirle el mercado repentinamente podría incrementar el déficit comercial y perjudicar a industrias mexicanas, canadienses y americanos.
