Se suicida Keith Flint, vocalista de The Prodigy, banda de música electrónica

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Keith Flint (Londres, 49 años) no logró para sí mismo el exorcismo que infligió en miles de sus seguidores. “Gente como Keith permitió que muchas personas crucificaran sus propios tormentos y demonios en clubes nocturnos y festivales por todo el país”, ha escrito stuart255 en el tablón abierto por el diario The Guardian para rendir tributo al vocalista de The Prodigy, hallado muerto en su casa de Essex este lunes.

“Con profunda conmoción y tristeza podemos confirmar la muerte de nuestro hermano y amigo, Keith Flint. Un pionero auténtico, un innovador y una leyenda. Le echaremos siempre de menos”, expresaban los miembros de la banda, que revolucionó la música de los noventa con su techno-punk, en un comunicado oficial.

El líder de la banda, Liam Howlett, anunció el presunto suicidio de su compañero en un desgarrador mensaje en la red social Instagram: “Las noticias son ciertas. No me puedo creer que esté diciendo esto, pero nuestro hermano Keith se quitó la vida este fin de semana. Estoy conmocionado, jodidamente rabioso, confuso y con el corazón destrozado…descansa en paz, hermano. Liam”.

Un portavoz de la policía de Essex confirmó oficialmente a primera hora el suceso. «Nos ha llamado una señora preocupada por el estado de un hombre en una dirección en Brook Hill justo después de las 8.10. La muerte no está siendo tratada como sospechosa y se está preparando un expediente para las autoridades forenses. Sus familiares ya han sido informados».

Keith con Liam.

Similitud con Cobain

La imagen pública de Flint le enlaza directamente con el nihilismo autodestructivo de iconos anteriores como Sid Vicious o Kurt Cobain, obsesionados todos ellos en la búsqueda de una expresión original y auténtica que hiciera estallar los moldes del escenario musical.

En el caso de Flint, el vehículo transgresor fue la fuerza desplegada en el escenario. Las rave parties, esas concentraciones musicales al aire libre, inesperadas, salvajes y de combustión espontanea surgidas a finales de los ochenta, fueron su dominio. En una de ellas conoció a Liam, y tras un intercambio de maquetas, surgió una banda que llegaría a vender 30 millones de discos. The Prodigy adoptó el nombre de uno de los sintetizadores favoritos del cerebro del grupo.

Sus piercings, sus tatuajes, su pelo en punta, en ocasiones teñido de verde pero sobre todo su mirada satánica y sus movimientos en escena, su voz estridente y poderosa, convirtieron a Flint, quien había comenzado como street-dancer del grupo pero enseguida fue su principal vocalista, en uno de los artistas más admirados de la escena musical británica de la década de los noventa.

Canción prohibida

Firestarter, uno de los primeros éxitos de la banda, muestra en un video en blanco y negro a un Flint desafiante, arremetiendo constantemente a la cámara con movimientos de cabeza, con muecas imposibles y letras provocadoras —“Soy la perra que odias…”—, cuya emisión fue prohibida por la BBC. Multitud de padres se habían quejado porque la canción aterraba a sus hijos.

Pero fue con Smack My Bitch Up, votado por los espectadores de la MTV como el vídeo más ofensivo de la historia, con el que el grupo alcanzó sus más altas cotas de provocación y escándalo.

The Prodigy sacó en 2018 su séptimo álbum, No Tourists, y es conocido por su fusión de tecno con breakbeat y house. «No nos interesa el tecno. No tenemos nada que ver con los Chemical Brothers, lo nuestro son las supersónicas catedrales electrónicas. No es típica música de baile, hecha con retazos y melodías ajenas. Es algo más orgánico, que se alimenta con la energía de los conciertos. Al fin y al cabo, nuestra inspiración viene del punk rock y el hip hop de la vieja escuela, músicas que tenían sentido en directo», aseguraban Flint y sus compañeros en una entrevista con EL PAÍS en 1997.

De reírse de sí mismo a la perdición

Fuera del escenario, Flint era un tipo afable y capaz de reírse de sí mismo. En 2014 fundó un equipo de motociclismo de competición, Team Traction Control, con el que logró algunas victorias notables. En los últimos años se distanció de la banda. En 2004, el álbum Always Outnumbered, Never Outgunned ya no contó con su participación. Las voces de ese trabajo fueron las de los hermanos Gallagher, de Oasis, y la de la actriz Juliette Lewis.

En esa época, Flint admitió que había sufrido depresión y había adquirido adicción a algunos fármacos. “Ponía en fila multitud de pastillas y me las tomaba hasta perder la cuenta y perder el conocimiento”, reconoció en 2009 al diario The Times.

(Info: elpais/Foto: pressandjournal.co.uk y The Associated Press)

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