Enigmas: Inquietante relato de mujer de Mérida; muñecas de su abuela se mueven

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MÉRIDA, Yuc.- El relato de una inquietante experiencia paranormal llegó para los lectores de De Peso y sin duda, más de un lector se identificará, pues puede que ya les haya sucedido algo similar. 

La joven Beatriz Rodríguez, oriunda de la ciudad de Mérida, relató que su abuela falleció hace poco más de un año.

Ella tenía una colección de 14 muñecas de porcelana y la que se quedó con todas fue su madre, ya que era la única hija (los otros tres son varones y no quisieron quedarse con alguna muñeca). 

 

Según relata Beatriz, desde que era una niña le daba miedo ver esas muñecas cuando iba a casa de su abuela, sentía que se le quedaban mirando y asegura que en al menos dos ocasiones vio que movían los ojos. 

Con el paso del tiempo ella creció y le perdió el miedo a esas muñecas, o más bien se le olvidó que ahí estaban, ya que al principio estaban en la sala y a fuerza tenía que pasar junto a ellas cuando llegaba a la casa de su abuela, pero tiempo después ésta las metió a su cuarto, a donde ella casi nunca entraba. 

Pues bien, con la herencia de las muñecas, estas fueron llevadas a su casa (vive con su madre) y desde la primera noche empezó a notar que estas cambiaban de lugar, ya que las ponía juntas y a los pocos minutos ya estaban separadas entre sí. 

Esta situación le aterrorizó demasiado, pues ocurrió en un lapso de media hora y su mamá (la única persona que estaba en su casa en ese momento), estaba lavando en el patio y no entró para nada. 

Para que su madre no la califique de loca decidió no decirle nada, pero tras seis días consecutivos de ver cómo estas muñecas se movían solas, no aguantó más y decidió decírselo.

Cuando se lo indicó, le sorprendió que ella se portara con naturalidad y, más aún, su respuesta: “Mira hija, estas muñecas estuvieron con tu abuela por más de 30 años, las quiso mucho y las cuido como si fueran de carne y hueso, al fallecer tu abuela de cierta forma su energía y permanece aquí y por eso ella las mueve, de hecho a ella cuando vivía le encantaba hacer lo que me cuentas, ponerlas todas juntas y luego separarlas un poco, yo ha me había fijado de esto pero lo tomo con naturalidad”, explicó. 

Como este caso, he escuchado muchas historias similares, no necesariamente relacionadas con muñecas, pero sí con objetos que por muchos años le pertenecieron a una persona y, tras su muerte, de pronto empiezan a ocurrir algunas situaciones que escapan a la lógica y el sentido común. 

Por ejemplo, hace un tiempo falleció un jefe de familia que por muchos años, antes de irse a trabajar, le daba un beso a un peluche de un osito que tenía desde su infancia; tras su muerte trágica e inesperada (en un accidente de tránsito), su viuda cuenta que todas las mañanas por más de un mes, el osito se caía de la repisa en donde estaba puesto, como si fuera una forma de pedir el beso de su dueño o quizás de esa forma expresaba su dolor el alma en pena del difunto, quien muy posiblemente eran quien lo movía y tiraba. 

Por cierto en el Museo Paranormal de Yucatán (que reabre sus puertas al público a partir de este lunes 14 de septiembre) tenemos una colección de más de cien muñecas, (25 de ellas de porcelana); el día que vayas conocerás otras historias espeluznantes e incluso te podrás tomar fotos con algunas.

Escrito por Jorge Moreno/Foto: contexto internet

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