Iluminar el camino de las ánimas, añeja costumbre en comunidades yucatecas

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La celebración del Hanal Pixán en Yucatán es una verdadera tradición que año con año se desarrolla no sólo con eventos masivos, sino principalmente con una serie de rituales en las comunidades del interior del estado que preservan añejas costumbres.

Este año, los mencionados eventos masivos, como la muestra de altares de Hanal Pixán, han sido suspendidos por la pandemia del coronavirus, pero eso no quiere decir que las personas dejarán de recordar y esperar a las ánimas de quienes ya se han ido de este mundo.

Los días en que se espera la visita de los finados son el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, y en muchas comunidades aún se tiene la costumbre de colocar velas en las puertas de los predios, en las albarradas, en las piedras que sirven para sentarse, y en general en sitios que permitan que las ánimas se guíen al llegar y al retirarse de la población en donde se les espera.

Las velas no sólo deben colocarse para los días mencionados, sino también una semana después cuando se realiza el “ochovario”, que es una repetición un poco menos ostentosa que la principal de final de octubre y principio de noviembre.

La costumbre de colocar estás guías luminosas para las ánimas, permite además que no sean molestadas por los demonios que también andan sueltos en esos días, y es por ello que a los recién nacidos se les colocan hilos negros en las muñecas para estar protegidos.

Preparativos y actividades que no deben realizarse

Sin embargo, ante la visita de los finados que se da en estos próximos días, es muy importante saber que hay actividades que no deben realizarse. Por ejemplo, los cazadores de venado no deben salir a disparar al monte pues podrían perturbar el alma de un cazador que ha regresado, y las bordadoras de huipiles deben dejar momentáneamente su labor para no coser la piel de algún muerto.

Sin embargo, hay labores muy importantes que hay que desarrollar previo a la llegada de las visitas del otro mundo, y una de ellas es limpiar la casa. Hay que dejar el interior de los predios, el patio y las terrazas libres de basura, hojas y demás, pues si los finados llegan y encuentran todo sucio, se encargarán ellos mismos de limpiar, lo cual no es correcto pues están en su celebración.

Asimismo, hay que realizar rezos y alimentar el ambiente con aromas de incienso o estoraque, que es una invitación para que las almas lleguen a los predios y disfruten de lo que se ha preparado para ellos y que está como ofrenda en los altares, el día 31 de octubre para los niños, el 1 de noviembre para los adultos, y el día 2 de noviembre para todos los finados (imágenes de redes sociales).

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