Científicos alemanes y norteamericanos realizaron un estudio que permitió determinar que los vampiros enfermos practican el “distanciamiento social” con los de su especie, a fin a de no contagiarlos y propagar el padecimiento.
Los especialistas del museo de Historia Natural de Berlín, con sus colegas de los Estados Unidos, analizaron el comportamiento de un grupo de 31 murciélagos vampiro que fueron capturados en un árbol hueco de Belice y luego se llegó a esta conclusión. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista “Behavioural Ecology”.
A los 31 vampiros que se capturó se les colocaron sensores de proximidad para conocer sus movimientos. Asimismo, a 16 de ellos se les inyectaron endotoxicas para enfermarlos y generar una respuesta inmune, y a los demás se les aplicó una solución salina que no los afectó en nada.
Los especialistas detectaron que en los días siguientes, los vampiros enfermos se acercaban menos a los sanos, y pasaban menos tiempo en grupo, determinándose que preferían evitar el contacto para no propagar la enfermedad.
Además, los científicos encontraron que en las seis primeras horas posteriores a la inyección que los enfermaba, un animal enfermo se relacionaba en promedio con cuatro compañeros menos que uno del grupo de control. A medida que se recuperaban, estas diferencias entre los dos grupos iban disminuyendo, es decir, se reanudaba la “socialización”.
El estudio ya se había realizado, con similares resultados, pero dentro de laboratorio, y ésta es la primera vez que se realizó con animales libres en su ambiente natural, replicándose el comportamiento.
Los científicos recuerdan que en ciertos animales sociales, los miembros enfermos pueden aislarse voluntariamente o en algunos casos ser excluidos por sus compañeros de colonia.
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