Rollo/Jorge Moreno
Las apariciones de la Virgen de Guadalupe en diversos materiales (paredes, cristales, pisos, árboles, etcétera) son muy recurrentes en todo el país sobre todo en el mes de diciembre.
Yucatán no es la excepción y en Umán hubo un caso que ocurrió en el cementerio de ese municipio hace ya más de 30 años.
Fue un caso muy sonado, que ocurrió en diciembre de 1985, recuerdo bien el año porque poco después vino el Mundial de Fútbol de México 86; en esa ocasión, una vecina vino corriendo desesperada diciendo que había aparecido la Virgen en una tumba del cementerio.
Se trataba de la tumba del papá de una señora vecina de la cuadra que había fallecido dos años atrás y cuando fue a llevarle unas flores con motivo de su aniversario vieron plasmada la silueta de la Virgen en el moho de la tumba.
Recuerdo que muchas personas fuimos a verlo, incluso hubo una persona que le tomó una foto con aquellas cámaras antiguas en donde el rollo se mandaba a revelar a Mérida. Se compró una copia de la foto, pero con el paso del tiempo se perdió.
Por desgracia no pudimos ver esa silueta, pues si bien es cierto muchos de los casos hay que tener mucha imaginación para buscar la ‘forma’ de la aparición en este ya había desaparecido.
Lágrimas de sangre
Otra manifestación milagrosa es cuando la virgen llora sangre, lo que también ha sucedido en Yucatán.
Un caso se dio en la colonia Mercedes Barrera de Mérida, donde dijeron que una Virgen de Guadalupe había “llorado sangre”; sin embargo, no me dieron ninguna dirección exacta, pista o un dato para investigar.
También, fue muy conocido el caso de la señora Mildred May, de Chicxulub Pueblo, quien aseguraba que la imagen de la Virgen de Guadalupe que tenía en su poder lloraba lágrimas, pero cuando ésta dejó de hacerlo, comenzó a ponerle agua purificada para continuar con el “negocio”, pues pedía limosnas y “rentaba” a la Virgen para que la veneraran, esto sucedió en 2014.
Virgen decapitada
Lectores de Umán pidieron que se haga una investigación sobre la “virgen decapitada” o “virgen sin cabeza”, la cual es venerada en esa ciudad y cuya historia en verdad es muy interesante. La imagen se ubica en un domicilio particular y no en una iglesia.
Según se pudo investigar, hace aproximadamente 120 años, tres sacerdotes que estaban en el poblado de Samahil (ubicado a unos minutos de Umán), decapitaron la imagen de la Virgen de la Asunción, por motivos desconocidos, ya que unos afirman que en esa época era práctica común y otros dicen que simplemente se cayó al piso y se cercenó la cabeza.
El caso es que los padres se deshicieron de ella, pero la encontró Victoriano Cocom, quien en ese entonces era el sacristán; él radicaba en Umán.
Se cuenta que cuando la vio flotando en el agua que extraía de una noria, él era muy católico e interpretó esto como una señal.
Por eso decidió que no dejaría de rezarle y desde entonces fue a la noria a hacerlo, ahí solo se veía el agua, de modo que al parecer la corriente se había llevado la cabeza, pero el sacristán no perdió la fe y siguió yendo todos los días.
Cuentan que la Virgen se apiadó del sacristán y pensando que aquí había gente noble que la necesitaba emergió al noveno día durante el rezo del hombre y lo llamó.
El devoto vio que, efectivamente, la cabeza se encontraba ahí, flotando en el agua, pero parecía como si estuviera en el aire porque algunas nubes se formaban debajo de ella. De inmediato lanzó una cubeta y sin ninguna dificultad pudo subirla.
No sabiendo qué hacer, fue a informarle al cura que ya había aflorado a la superficie la cabeza que arrojaron.
El religioso no mostró interés y como para quitárselo de encima le dijo: “Si te interesa, puedes llevártela a tu casa”. Contando con el permiso, el sacristán la llevó a su vivienda y como muchos sabían que era muy milagrosa, empezaron a visitarla.
Se le mandó a hacer un cuerpo y los vecinos le pusieron como nombre “Santa María de la Cabeza”. Luego el sacristán murió y se la dejó a su hijo, que también era sacristán y así fue pasando de familiar en familiar hasta la fecha.
Se cuenta que ha realizado muchos milagros, entre ellos a una joven que tuvo un accidente y volvió a caminar a pesar de que los doctores habían dicho que nunca podría hacerlo.
A un par de bebedores consuetudinarios supuestamente se les apareció y de la noche a la mañana dejaron de beber, a otros les ha curado enfermedades y también a conocidos empresarios ha hecho que les vaya bien en sus negocios.
Desde entonces hasta la fecha ha pasado de generación en generación hasta ahora que la tiene su tataranieta, doña María Romana Xool Cocom, en la colonia Santiago en Umán, según el último reporte de 2006, cuando se entrevistó. En aquel entonces tenía ya 76 años de edad.
