¿Te acuerdas de los helados Frío Rico?

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Como cada domingo, acudíamos a casa de mis abuelos, Don Leopoldo Peniche Vallado y Concepción Barrera, en la calle 53 entre 68 y 66 (ahora en propiedad de una familia extranjera, como ya es habitual en la zona del Centro de Mérida).

Allí se reunían las familias de los dos hijos de Polo y Conchita
(como les decíamos a mis abuelos) para departir alegremente con
deliciosas botanas (chicharrón y sikilpak, que no podían faltar,
entre otras), cervezas heladas para los adultos y refresco de fruta
de la temporada para los tsirises.

En medio de ese ambiente, recuerdo claramente cuando,
cercanas las dos de la tarde, escuchábamos cómo se acercaba a
pié, y a grito calado, el heladero con su carrito pregonando: “¡Heladossss
Frío Riiicooo!”, y mis hermanas, primas y un servidor
salíamos a la calle con impaciencia esperando que el personaje se
acercara a nosotros con su valiosísimo cargamento de dulce sabor
y que era ideal para apagar el calor (no tan infernal como el de
ahora).

Los sabores eran, si mal no recuerdo, chocolate, vainilla,
combinado y napolitano. Casi congelados y muy cremosos, eran
la delicia para nosotros.

Como buen abuelo, Polito no hacía caso a sus hijos y compraba
helados a todos sus nietos. Qué felices éramos.

La tradición de acudir cada domingo perduró hasta que mis
abuelitos fallecieron y los hermanos decidieron vender la casa
que agolpa en mi memoria bellísimos recuerdos.

Sin embargo, el grito que esperábamos con ansia: “¡Heladossss
Frío Riiicooo!”, se apagó iniciando la década de los 80,
pues el heladero dejó de pasar.

Los helados Frío Rico fueron una de las primeras marcas
franquicia (más allá de las muy populares y prolíficas “Michoacana”,
que hay como mil en todas las ciudades del país), basada
en productos de leche.

El helado, tipo “ice cream”, venía empaquetado en un cono de cartón con tapa de papel encerado, los cuales envolvían la barquilla, que por las propias características, no era crujiente, sino blanda, por lo que teníamos que comerlo con cierta rapidez.

Frío Rico es una marca de D’Onofrio, fundada por el italiano Pedro D’Onofrio, pero que actualmente pertenece a Nestlé y tiene un gran mercado en Perú, donde desde sus inicios se asentó la empresa.

Desaparición

La extinción de “Helados Frío Rico” se debió a la llegada de
otras marcas, las cuales, además, establecieron el concepto tipo
“boutique”, es decir, se establecían en un local con aire acondicionado
y sillas, en el que tenían una mayor variedad de sabores
clásicos y otros extravagantes, como el de chicle (el característico
de Danesa 33, también ya fuera de circulación en Mérida) y añadir
“toppings” para aderezarlo (como Helados Holanda).

Pues bien, la marca desapareció, pero no así el recuerdo de la alegría que
nos daba estar reunidos en casa de los abuelos, el delicioso sabor
de los conos y, por supuesto, escuchar el grito a la distancia de:
“¡Heladossss Frío Riiicooo!”.

Le recordamos dirigirse al correo [email protected] para
hacer sus comentarios y ayudarnos a recordar esos momentos
que aún nos hacen muy felices.

Hugo Peniche. Editor Candente.

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