Enigmas: Los minutos se le hicieron horas conviviendo con seres extraños

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Hoy en día aún existe mucha gente que trabaja y convive en el monte de la península de Yucatán, y aunque la mayoría sabe que se debe y que no se debe hacer en estos lares, aún existen casos que se pierden o extravían por horas e incluso días ahí.

Apenas hace unos días, don Gastón Mex me platicó el caso de su hijo, quien a finales del mes de junio se extravió por seis horas en los montes de Tinum: “él tiene años que va a leñar, pero por primera vez le ocurrió esto que sin duda lo dejó marcado, pues dice que iba en el camino de siempre y de pronto vio a dos pequeños seres que lo llamaron”.

“Dice que quedó como hipnotizado, sabía que no debía acercarse, sin embargo algo como que lo obligaba a caminar hacia ellos, cuando él apareció (en el mismo sitio donde estaba), nosotros llevábamos más de nueve horas buscándolo, tanto la familia como compañeros ya estábamos haciendo rondines, ya estábamos a punto de llamar a la policía, pero por fortuna apareció”.

“Lo único que recuerda es que habían pasado unos minutos, se sorprendió cuando vio la hora y le dijimos que eran casi seis horas, por fortuna pudo regresar sano y salvo”, finalizó.

Adolescente perdida

Otro caso es el de Elvia Domínguez, quien vive actualmente en el municipio de Conkal, y platica la experiencia que vivió cuando era una niña y estuvo a punto de perderse en el monte: “Tengo actualmente 46 años, pero cuando tenía 12 viví una fuerte experiencia al extraviarme por casi ocho horas en el monte de Sinanché, mi pueblo natal; de hecho recuerdo muy bien todo lo sucedido y aún no salgo de mi asombro”.

“En aquel entonces vivía en casa de mis abuelos, salí al patio a buscar unas mandarinas, pero nuestro patio era muy extenso, más de 200 metros, de hecho era una quinta y colindaba directo con el monte”.

“Recuerdo que al bajar las mandarinas de la mata, vi una especie de señor en miniatura, como si fuera un viejito, que me llamó y yo, como hipnotizada fui hacia él, no me dio miedo, solo me sentía como relajada, entonces escuché que empezó a hablar en un idioma extraño, era como maya antiguo, con un acento medio raro”.

“Dijo cosas que yo la verdad no entendía y poco después ya me encaminé de regreso a mi casa, en eso, apenas yo llego a lo que era la mata de mandarina, veo como a 10 personas, eran mis abuelos, mis tíos, mis primos y unos vecinos quienes al verme de inmediato me abrazaron asustados”.

“Yo no entendía lo que pasaba y pues me dijeron que en donde rayos estaba que me andaban buscando por todos lados, pero se me hacía absurdo eso que decían pues según yo no llevaba ni 20 minutos en el patio, pero para mi gran sorpresa me dicen que ya habían pasado ocho horas desde que me había quitado y estaban desesperados”.

“Me mostraron la hora y yo me asusté mucho, eran las cuatro de la tarde en ese momento y yo me había ido a las ocho de la mañana, les expliqué que yo sentí que solo me fui unos 20 minutos y que vi a un señor pequeño que me llamó y pues creo que no me creyeron, de hecho me regañaron por haberme ido tantas horas sin avisar, pero esto no fue así”, finalizó.

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